Como
es tradicional, la Hermandad de Ntra. Sra. de la Peana de Zaragoza, que agrupa
a muchos borjanos en la capital aragonesa, celebró la fiesta de nuestra Patrona
el segundo domingo de mayo. Acabamos de recibir las imágenes que realizó
Enrique Lacleta y, a pesar del tiempo transcurrido, queremos darlas a conocer
como testimonio de un día inolvidable.
Una
vez más, la iglesia de San Nicolás de Bari del convento de Canonesas del Santo
Sepulcro fue escenario de la celebración de la Eucaristía. Junto a la imagen de
la Virgen se encontraba la bandera de la cofradía de San Bartolomé, invitada de
honor este año, junto con el Grupo de Dance.
Hubo
ofrenda de flores y los asistentes pudieron venerar la Santa Imagen de la
Patrona de Borja. Entre ellos, muchas caras conocidas y el Presidente de la
Hermandad, D. Francisco Javier Lajusticia Sanmartín, ya muy restablecido de una
reciente intervención.
Junto
a la Virgen se fotografiaron también los Mayordomos de este año, los miembros
de la familia Rubio-Calvo, casi al completo.
A
la salida del templo fue servido un moscatel con pastas de la tierra y
refrescos, dentro de un ambiente de cordialidad, acompañado por el buen tiempo
que nos acompañó durante toda la jornada.
Allí
posaron los miembros de la Junta Directiva de la Cofradía de San Bartolomé,
desplazados desde Borja, y los representantes del Grupo de Danzantes. Con
ellos, otro protagonista singular D. Serafín Lacleta López, un “histórico” de
la cofradía y del dance, a quien la Hermandad había invitado expresamente.
El día
finalizó con una comida de hermandad celebrada en un conocido hotel situado
frente a la muralla musulmana (antes romana), con asistencia de los miembros de
la hermandad e invitados.
En
los postres intervinieron el Presidente de la Cofradía de San Bartolomé, el
responsable del Grupo de Dance y D. Serafín Lacleta que, con emocionadas
palabras, agradeció el reconocimiento que se le tributaba.
Pero
quien recibió el cariño de todos los presentes fue el Presidente de la
Hermandad, D. Francisco Javier Lajusticia, que se emocionó al escuchar el canto
de la jota y a quien, desde aquí, queremos transmitir también nuestro afecto
pues, no en vano, es uno de nuestros más asiduos lectores.
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