jueves, 14 de septiembre de 2017

Completando la colección de obras de García Bacca XX



         Ayer conseguimos dos importantes obras relacionadas con Juan David García Bacca. Concretamente, los volúmenes V y VII (aparecidos en 1929 y 1931) de Analecta Sacra Tarraconensia, la revista anual de la Biblioteca Balmes, en la que publicó sus primeros artículos.




         La Biblioteca Balmes había sido fundada en 1923 por el P. Ignacio Casanovas S. J. e, inicialmente, estaba integrada por algunos volúmenes de la biblioteca privada del ilustre filósofo Jaime Balmes Urpiá (1810-1848), muerto prematuramente a consecuencia de un proceso tuberculoso y cuya imagen recordarán muchas personas por haber aparecido en una de las emisiones de los antiguos billetes de cinco pesetas. En 1925, la biblioteca publicó sus obras completas y, al año siguiente, apareció la Analecta Sacra Tarraconensia que, muy pronto, se convirtió en una prestigiosa revista.



         La biblioteca, que tiene su sede en Barcelona, sigue funcionando en la actualidad, con un importante fondo bibliográfico y una larga trayectoria editorial.
         En el ejemplar de 1929 que hemos adquirido, apareció publicado el primer artículo de quien, por entonces, todavía firmaba como “David García, C.M.F.”, pues era un joven religioso claretiano, de ahí esas iniciales CMF que significan “Cordis Mariæ Filius”, nombre oficial de la congregación, conocida popularmente con el apelativo de claretiana, en alusión a su fundador San Antonio María Claret.
         Ese primer artículo lleva por título “Algunas consideraciones sobre el problema epistemológico”, en el que a lo largo de 56 páginas, plantea el realismo metafísico como necesidad pragmática y la legitimidad lógica de un uso trascendente de la razón y de los primeros principios, entre otras cuestiones, para concluir poniendo de manifiesto “lo mucho bueno que fuera del campo escolástico se ha producido”, señalando al mismo tiempo que “el respeto a las personas se impone, más por encima de todo el amor a la verdad”. Tenía 28 años cuando escribió este ensayo, pero ya iniciaba el vuelo hacia derroteros muy distintos de los que, por entonces, transcurría su vida.

         En 1931, publicó otro artículo en el volumen VII de la revista. Llevaba por título “Las nociones de causa, efecto y causalidad en las ciencias físicas modernas”, en el que, rebatiendo la frase de Poincaré de que las teorías físicas “son cómodas y útiles, mas no verdaderas”, se adentra en un campo que ya le fascinaba, el de la ciencia física moderna, analizando la relación entre metafísica, matemáticas y física, anunciando el estudio de la constitución metafísica de un universo material regido por el cálculo matemático de las probabilidades. Dedicaba ya especial atención a la “teoría moderna de los cuantos” y señalaba que la orientación de la física moderna afectaba, de manera muy directa, a los principios más fundamentales de la filosofía, como el mismo principio de causalidad.



         La recepción de estas dos revistas nos ha deparado una sorpresa, dado que ambas pertenecieron a la Biblioteca del “Colegio de Veruela”, de donde pasaron al Colegio Claver de Raimat (Lérida), como atestiguan los sellos en tinta que en ellas aparecen. El colegio Claver existe todavía, pero al parecer no consideran interesante mantener estas obras en su biblioteca. Gracias a ello, hemos podido adquirirlas, constatando una vez más que “Lo que unos no quieren, otros lo desean”. De esta forma, vuelven aquí lo que de Veruela procedía, donde esperamos conservarlas con cuidado.

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