Ayer
conseguimos dos importantes obras relacionadas con Juan David García Bacca.
Concretamente, los volúmenes V y VII (aparecidos en 1929 y 1931) de Analecta Sacra Tarraconensia, la revista
anual de la Biblioteca Balmes, en la que publicó sus primeros artículos.
La
Biblioteca Balmes había sido fundada en 1923 por el P. Ignacio Casanovas S. J.
e, inicialmente, estaba integrada por algunos volúmenes de la biblioteca
privada del ilustre filósofo Jaime Balmes Urpiá (1810-1848), muerto
prematuramente a consecuencia de un proceso tuberculoso y cuya imagen
recordarán muchas personas por haber aparecido en una de las emisiones de los
antiguos billetes de cinco pesetas. En 1925, la biblioteca publicó sus obras
completas y, al año siguiente, apareció la Analecta
Sacra Tarraconensia que, muy pronto, se convirtió en una prestigiosa
revista.
La
biblioteca, que tiene su sede en Barcelona, sigue funcionando en la actualidad,
con un importante fondo bibliográfico y una larga trayectoria editorial.
En el
ejemplar de 1929 que hemos adquirido, apareció publicado el primer artículo de
quien, por entonces, todavía firmaba como “David García, C.M.F.”, pues era un
joven religioso claretiano, de ahí esas iniciales CMF que significan “Cordis
Mariæ Filius”, nombre oficial de la congregación, conocida popularmente con el
apelativo de claretiana, en alusión a su fundador San Antonio María Claret.
Ese primer
artículo lleva por título “Algunas consideraciones sobre el problema
epistemológico”, en el que a lo largo de 56 páginas, plantea el realismo
metafísico como necesidad pragmática y la legitimidad lógica de un uso trascendente
de la razón y de los primeros principios, entre otras cuestiones, para concluir
poniendo de manifiesto “lo mucho bueno que fuera del campo escolástico se ha
producido”, señalando al mismo tiempo que “el respeto a las personas se impone,
más por encima de todo el amor a la verdad”. Tenía 28 años cuando escribió este
ensayo, pero ya iniciaba el vuelo hacia derroteros muy distintos de los que,
por entonces, transcurría su vida.
En
1931, publicó otro artículo en el volumen VII de la revista. Llevaba por título
“Las nociones de causa, efecto y causalidad en las ciencias físicas modernas”,
en el que, rebatiendo la frase de Poincaré de que las teorías físicas “son
cómodas y útiles, mas no verdaderas”, se adentra en un campo que ya le
fascinaba, el de la ciencia física moderna, analizando la relación entre
metafísica, matemáticas y física, anunciando el estudio de la constitución
metafísica de un universo material regido por el cálculo matemático de las
probabilidades. Dedicaba ya especial atención a la “teoría moderna de los
cuantos” y señalaba que la orientación de la física moderna afectaba, de manera
muy directa, a los principios más fundamentales de la filosofía, como el mismo
principio de causalidad.
La
recepción de estas dos revistas nos ha deparado una sorpresa, dado que ambas
pertenecieron a la Biblioteca del “Colegio de Veruela”, de donde pasaron al
Colegio Claver de Raimat (Lérida), como atestiguan los sellos en tinta que en
ellas aparecen. El colegio Claver existe todavía, pero al parecer no consideran
interesante mantener estas obras en su biblioteca. Gracias a ello, hemos podido
adquirirlas, constatando una vez más que “Lo que unos no quieren, otros lo
desean”. De esta forma, vuelven aquí lo que de Veruela procedía, donde
esperamos conservarlas con cuidado.
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