El 9 de septiembre de 1757
se dio permiso para actuar en la Casa de Comedias de Borja a unos volatineros,
tras presenciar los representantes del concejo un ensayo. Esta medida guardaba
relación con la prohibición por Real Decreto de 1 de marzo de 1752 de
representar comedias en todo el obispado de Tarazona, a instancia de D. José
Alcaraz Belluga, entonces prelado de la sede turiasonense. La licencia les fue
otorgada a esta compañía, por tratarse de un espectáculo circense y no
propiamente teatral.
Ello nos sirve para
recordar la existencia en nuestra ciudad de una Casa de Comedias (la imagen es
la del corral de comedias de Alcalá de Henares) que había sido construida por
iniciativa del concejo, en virtud de un acuerdo de 22 de septiembre de 1697,
con el fin de recaudar fondos para el hospital Sancti Spiritus. De sus
características ya dimos cuenta en un artículo publicado en este blog, tras el
hallazgo de importantes documentos en los que se detallaban los “aposentillos”
que había en los dos pisos o “andanas” con los que contaba, así como en “tierra
firme”. Fueron vendidos, al finalizar las obras en 1699, y conocemos los
nombres de las personas que los adquirieron.
A mediados del siglo
XVIII el edificio estaba muy deteriorado y, en 1768, fue preciso acometer obras
de reparación, ante el estado ruinoso que presentaba. El edificio terminó
siendo vendido muchos años después y se transformó en un teatro cerrado que
llegó hasta nuestros días reconvertido en el Ideal Cinema, uno de los cines que
hubo en Borja, durante el siglo XX y, en la actualidad el edificio sirve de
sede para el Hogar del Jubilado y otras dependencias.
El 9
de septiembre de 1903 nació en Mallén D.
Pedro Gil Lerín. Era el tercero de los cuatro hijos de una modesta familia
de labradores. Huérfano de padre a los ocho años, tuvo que trabajar en el
campo, pero muy pronto comenzó a manifestar una clara inclinación por la
música, siendo admitido en la banda municipal, en la que tocaba el requinto. A
los 20 años murió su madre y, poco después, fue llamado a filas, siendo
destinado al regimiento Aragón nº 21, incorporándose a su Banda de Música,
donde consolidó su formación. Al ser licenciado, decidió optar por presentarse
a una oposición para el Cuerpo de Suboficiales Músicos y, tras aprobar, fue
destinado como Sargento Músico a la banda de la Academia de Artillería de
Segovia. En el Conservatorio de Madrid estudió armonía, instrumentación,
dirección, contrapunto y fuga. En 1929 se presentó a las oposiciones para el
Cuerpo de Directores de Bandas de Música Civiles, obteniendo el nº 1 y, poco
después, se hizo cargo de la Banda de Nava del Rey (Valladolid). Por concurso
de méritos, pasó a Lopera (Jaén), donde le sorprendió la Guerra Civil. A
comienzos de los años 40 volvió a Nava del Rey y, en 1944, se hizo cargo de la
Banda de Música de Tobarra (Albacete), una localidad que quedó vinculada a su
vida, pues allí murió en 1948 su primera esposa y allí conoció a Dª. Francisca
Martínez Ramón, con la que contrajo nuevas nupcias en 1951, fijando su
domicilio en ese municipio donde nació su único hijo. En 1953 asumió la dirección
de la Banda de Cieza (Murcia), para volver a Tobarra en 1955. En el año 1962 se
produjo un nuevo traslado a Cehegín (Murcia) y todavía tuvo fuerzas para optar,
en 1972, a la plaza de director de la Banda de Música de Telde (Gran Canaria)
en la que se jubiló al año siguiente, retirándose a Tobarra hasta su
fallecimiento el 4 de noviembre de 1991.
Fue
autor de más de 350 composiciones musicales de todo tipo. Aunque alejado de
Mallén, su localidad natal estuvo presente en su producción artística y, cuando
en 1946, fue creada una nueva banda municipal, le dedicó varias obras, entre
ellas la que lleva por título Mallén en
Fiestas.
Tiene
calles dedicadas en Hellín y Mallén. En esta última localidad por acuerdo de la
corporación municipal que presidía D. Isidoro Palacios que, en 1986, acordó dar
su nombre a la antigua calle “del Matadero”. Por otra parte el Ayuntamiento de
Tobarra le concedió el título de “Hijo Adoptivo” el 22 de marzo de 1968.
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