Criterion fue la primera revista catalana de Filosofía que, con carácter trimestral comenzó a publicarse en 1925 y siguió editándose hasta 1936 (posteriormente resurgió con un carácter diferente). La dirigía el padre capuchino fray Miguel d’Esplugues y en ella colaboró muy pronto el joven religioso claretiano David García, que era como firmaba entonces el que luego sería conocido como Juan David García Bacca.
Hemos
conseguido el volumen correspondiente a los números publicados en 1926 y, en el
nº 6 correspondiente al tercer trimestre de ese año, aparecen dos reseñas
firmadas por nuestro autor: una de ellas es de la obra del Dr. Martin Grabmann,
titulada Mittelalterliches Geistleben;
y la otra Die Erkenntnispsycologie des
Aegidius Romanus, del Dr. Richard Egenter, lo que demuestra el amplio
conocimiento del alemán que tenía ya entonces.
En el
nº 18 de la revista apareció una amplia reseña de un artículo que David García
había publicado en Analecta Sacra
Tarraconensia, con el título “Algunas consideraciones sobre el problema
epistemológico”.
La
firmaba D. Juan Tusquets Terrats (1901-1998), un sacerdote que llegó a ser catedrático
de Pedagogía General en la Universidad de Barcelona y murió a la avanzada edad
de 97 años. Alcanzó notoriedad por su obsesión con la masonería sobre la que
publicó numerosas diatribas, no exentas de tintes antisemitas.
Cuando
publicó la reseña que estamos comentando tenía 28 años pero era ya un
colaborador habitual de la revista y, muy probablemente, su ideología
extremadamente conservadora le llevó a expresar algunas críticas a los
planteamientos de García Bacca.
No le
gustaron los comentarios a nuestro autor que, en el número siguiente de la
revista, publicó una extensísima carta abierta dirigida al Dr. Tusquets, rebatiendo
sus argumentos y acusándole de ligereza
al haber mutilado determinados párrafos de su artículo. Incluida en la sección “Controversies”,
iba seguida por la respuesta del Dr. Tusquets en la que, tras manifestar que en
modo alguno había pretendido criticar ni causar la más mínima molestia al
filósofo, afirmaba que discrepaba “con santa franqueza”. Esta polémica nos ha
parecido sumamente interesante ya que viene a poner de manifiesto el recelo con
el que, desde determinados ambientes, se acogían los planteamientos filosóficos
del joven García Bacca.
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