Entre los grabados que estamos catalogando, procedentes del legado Sánchez del Río, nos hemos encontrado con esta litografía francesa en la que está representado San Manuel “Patrón de Portugal”. Realizada en la Litografía Gosselin de París, bajo la imagen aparece una oración en francés y portugués dirigida a este mártir que no conocíamos, ni mucho menos sabíamos que había sido Patrón de Portugal.
Veamos,
en primer lugar quién fue este San Manuel mártir. Hijo de un alto dignatario
del imperio persa, que era pagano, había sido educado en la fe cristiana por su
madre. Junto a sus hermanos Sabel e Ismael fueron enviados como embajadores al
emperador romano Juliano el Apóstata, que se encontraba en Calcedonia, para
concertar unas paces. Recibidos con la consideración debida a su rango y
condición de embajadores, todo cambió cuando se negaron a participar en una
ceremonia religiosa en honor de los dioses del Imperio.
Juliano
que había sido cristiano y vuelto después a los antiguos cultos (de ahí su
sobrenombre de “Apóstata”) llevado por su odio al Cristianismo y sin atender a
la inviolabilidad debida a todo miembro de una embajada, mandó torturarlos con
refinados tormentos. A Manuel le clavaron un clavo en la cabeza y otros dos en
el pecho y llevado junto a sus hermanos, fueron todos decapitados el 17 de
junio de 362.
Se
cuenta que el emperador quiso quemar sus cuerpos para evitar que fueran
venerados pero un terremoto los sepultó, siendo más tarde recuperados y, tras
la muerte de Juliano, el emperador Teodosio mandó edificar un templo en ese
lugar.
En la Iglesia Ortodoxa aunque se
representa su martirio es más frecuente presentarlos revestidos con ricas
vestidura y como santos ya triunfantes. Su fiesta litúrgica es el 17 de junio,
coincidiendo con la de su muerte, como es habitual en todos los santos, dado
que corresponde a la del natalicio a una nueva vida.
En Occidente es San Manuel el que ha
merecido mayor atención y el modelo iconográfico utilizado es de un joven
semidesnudo atado a un árbol, con los clavos en el pecho y en el cuello,
teniendo a sus pies el yelmo, la espada y diversos elementos de la armadura
propios de su condició de militar o embajador. Es frecuente la presencia de dos
sayones, uno de los cuales porta el martillo utilizado en el tormento.
Al parecer fue el rey Manuel I (“El
afortunado”) quien difundió su culto en Portugal, debido a la coincidencia de
nombre entre el mártir y el monarca. Lo que no sabemos es cuando fue declarado
Patrón de Portugal, como se indica en la litografía que hay que datar entre
1840 y 1869, período en el que estuvo activo François Desirée Gosselin, primero
en la rue Maître-Albert (que es la que figura en esta obra) y a partir de 1862
en la rue Saint Jacques.
El Patrón de Portugal que conocíamos
era San Jorge que vino a reemplazar a Santiago. Patrones de Lisboa eran San
Vicente y desde época reciente San Antonio de Lisboa. Pero, como decimos, no
hemos encontrado datos sobre San Manuel. Nuestros amigos o amigas portugueses
estamos seguros que podrán aclararnos esta cuestión del patronazgo. Mientras
tanto, conservaremos en nuestro Centro la bonita litografía del mártir persa
ejecutado por el último emperador perseguidor de los cristianos.
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