Desde
que, en 1987, publicamos la excelente Guía
del Parque de Borja que había elaborado Dª. María Antonia Sánchez Sanz,
veníamos reivindicando la importancia de ese espacio verde de nuestra ciudad
que, de hecho, era un auténtico jardín botánico.
En numerosas ocasiones habíamos propugnado el que se le dedicara la atención debida y sus árboles y plantas fueran rotulados para general conocimiento de sus características. Pero, lejos de conseguirlo, asistimos a una etapa de lamentable abandono en la que se perdieron parte de sus plantas, se deterioró el mobiliario urbano y a punto estuvo de dejar de ser parque para convertirse en plaza debido a una política de tolerancia y de actuaciones desacertadas.
Tuvieron
que pasar muchos años para que el interés de la entonces concejala Dª. Ana
Tejero se iniciara el proceso de su recuperación que ha proseguido bajo el
impulso de la actual corporación presidida por D. Eduardo Arilla. Primero
acometió la restauración de los hermosos bancos de la glorieta central, como
hemos comentado en varias ocasiones y, ahora, acaba de llevarse a cabo una
actuación de gran importancia.
Ha sido
D. José Luis Garde Murillo quien, a raíz de la publicación de esa magnífica
obra Borja. Plantas ornamentales, que
escribió en colaboración con D. Manuel García Cebrián y D. Javier Sopeséns Mainar,
se hizo cargo del encargo del Ayuntamiento para elaborar un plano del parque y
la rotulación de sus árboles y plantas.
Los trabajos
que, acaban de finalizar, han sido realizados por la Brigada Municipal, cuya
labor nos ha destacado D. José Luis Garde. En primer lugar se ha instalado el
bonito plano que aparece en la primera de las imágenes y que no es el único encargo
que ha recibido del Ayuntamiento.
Pero,
lo más interesante es que, en cada árbol se ha colocado sobre un soporte de
madera una placa con su nombre y un código QR con el que, a través del móvil,
se puede acceder a una amplia información sobre las respectivas especies.
La
necesidad de hacer accesible la información ha hecho que, en algunos casos, los
postes con las placas hayan sido situados en lugares próximos a los lugares por
los que circula el público. Lo único que nos preocupa, a la vista de los
emplazamientos elegidos, es que sirvan para “tapar” los deterioros que venimos
observando en los setos de aligustre que, como ya hemos señalado en otra
ocasión, deberían haber sido replantados.
Estamos,
no obstante, ante una iniciativa de extraordinaria importancia que merece ser
destacada y que servirá para facilitar el conocimiento por parte de todos los
ciudadanos de ese emblemático espacio que, a partir de ahora, debe recibir la atención
que merece tanto para conservarlo como para potenciarlo.
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