Hoy traemos a nuestras páginas tres facturas del siglo XIX cuyo diseño era más bonito y elaborado que muchas de las posteriores. De 1881, es la del Taller de Hojalatería y Calderería de los hermanos Lucas y Santos Compans, que acabamos de encontrar.
Ayer
dimos a conocer otra posterior, a nombre de Santos Compans, que correspondía al
mismo taller de la calle Mayor 38 que pasó a ser propiedad de uno de los
hermanos.
Muy
bonita es también la del Almacén de Hierros de Salillas y Compañía que estaba
en la calle de las Botigas, la actual calle de Coloma, en la que se vendían “hierros
de todas clases”.
Pero
la que más nos ha gustado es la del almacén de coloniales de Lorenzo Chueca e
Hijos que lleva fecha de 1880. Es posible que haya algunas personas que no
conozcan las características de aquellas tiendas denominadas “coloniales”,
palabra que tiene su origen en aquellos productos alimenticios que se traían desde
las colonias, como el café, cacao, canela u otras especias pero que, al final,
terminaron convirtiéndose en locales en los podía encontrarse cualquier, dentro
de un ambiente abigarrado y con unos olores característicos. Eran como algunos
en broma han señalado el precedente de “El Corte Inglés” donde lo mismo se
podía encontrar objetos de papelería que telas, cristalería, productos de
ferretería o mercería. Un auténtico bazar que, en el caso de Borja, se
complementaba con fábrica de hielo, almacén de maderas, fábrica de chocolates y
el negocio de exportación de vinos.
Aunque
seguimos sin saber dónde estaba ubicado este singular negocio, ya teníamos
noticia del mismo a través de una carta que adquirimos, fechada en 1881. Llamamos
la atención sobre el hecho de que, en la factura de 1880, se menciona a “Lorenzo
Chueca e Hijos”, mientras que en la carta, un año después, se alude a “Lorenzo
Chueca e hijo (en singular)”. Evidentemente, uno de ellos había fallecido o se
había separado del negocio. Datos interesantes derivados del análisis de estos
impresos.
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