domingo, 2 de enero de 2022

Castillo de Villalba

         Lo que en la colección de postales figura como “Castillo de Villalba” es la torre del homenaje de la antigua fortificación que fuera propiedad de los Andrade y, en la que tras la realización de esta fotografía se instaló el primer núcleo del actual Parador Nacional de Vilalba.


         Aunque el origen del castillo es más antiguo, lo que ha llegado hasta nosotros fue construido en el siglo XIII, siendo reedificado en varias ocasiones a consecuencia de las destrucciones a las que fue sometido.

         Pedro I lo donó a Fernán Pérez de Andrade, familia que lo mantuvo en su poder hasta que Diego de Andrade fue creado conde de Villalba, por los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, lo cual no fue obstáculo para que, poco después, dudando de su lealtad le confiscara la fortaleza. A través de los Andrade pasó a los condes de Lemos y, finalmente, a la casa de Alba.


         Durante la I Guerra Carlista el castillo volvió a cobrar protagonismo, siendo objeto de un asalto en 1835, pero posteriormente quedó abandonado y fue objeto de la rapiña que desmontaba sus muros para nuevas construcciones.

         Los Alba vendieron la torre a D. Valeriano Valdeuso, un constructor que la tenía arrendada y que quiso demolerla, lo que no pudo conseguir debido a la oposición vecinal.

         Su salvación definitiva se produjo tras las gestiones realizadas por el Alcalde de Villalba D. Filiberto Álvarez y D. José Apenela ante los descendientes de D. Valeriano Valdeuso, merced a las cuales fue adquirida por el Estado para su transformación en Parador Nacional. En esos momentos era Ministro de Información y Turismo D. Manuel Fraga Iribarne, nacido en Villalba, que asistió a la fiesta de inauguración, el 25 de julio de 1967.


         Fue una celebración apoteósica en la que el nuevo Parador se convirtió en el más pequeño de España, dado que sólo disponía de seis habitaciones en el interior de la torre que Fraga había intentado que quedara exenta, demoliendo los edificios que la rodeaban, lo que solo pudo conseguir parcialmente.


         Siendo ya Presidente de la Xunta de Galicia, dieron comienzo las obras de ampliación en julio de 1997, mediante la construcción de un nuevo edificio que exigió la demolición de otros anteriores, lo que no dejó de suscitar algunas críticas.



Las obras por un importe de 550 millones de pesetas (cantidad elevada para la época) permitieron dotar al parador de 42 nuevas habitaciones, mientras que las existentes en el interior de la torre pasaron a convertirse en suites junior.


         En antiguas fotografías se ven los muros de la torre tapizados con hiedra, cosa que no ocurre en la actualidad ya que fue cortada en 2010.



         Estas son algunas imágenes del interior del Parador que, tras su ampliación, pasó de las dos estrellas iniciales a las tres en que está catalogado ahora.



 





 

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