Monteagudo de las Vicarías constituye
un claro ejemplo del problema al que se va a enfrentar buena parte de lo que se
ha dado en llamar la “España vaciada”, a la hora de conservar su Patrimonio
Cultural.
Porque Monteagudo, una localidad con poco más de 180 personas empadronadas, que no siempre es sinónimo de habitantes reales, tiene un impresionante conjunto de monumentos, entre los que destacan su castillo y la contigua iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Muela que, en determinados momentos, estuvieron unidos.
El castillo fue edificado en el siglo XV
por el cuarto conde de Monteagudo D. Francisco Hurtado de Mendoza, cuyas armas
pueden verse sobre la puerta de acceso.
La torre del homenaje, de planta
octogonal, es uno de los elementos más representativos aunque, en la actualidad
se encuentra zunchada, dados los problemas estructurales que presentaba.
El interior del castillo se disponía en
torno a un bello patio renacentista que fue completamente desmontado, siendo
recreado en uno de sus ángulos. No se puede hablar de restauración, dado que es
una reproducción con elementos y materiales nuevos.
Nos acompañó en la visita al castillo
el Alcalde de Monteagudo D. Carlos González Pérez (a la izquierda de la imagen),
que nos habló de sus proyectos tras haber accedido el Ayuntamiento a la plena
propiedad de todo el castillo.
Por el momento, el pasado 6 de agosto
fue inaugurado en su interior un museo con varias exposiciones, que han sido
posibles merced a la inestimable colaboración de Dª. Margarita Asuar, curadora
de museos y exposiciones, que tiene casa en la localidad.
Una de las exposiciones tiene como lema
“Armazón”, sobre la Agenda 2030, en la que 30 artistas contemporáneos
presentan, con diferentes técnicas, los 17 objetivos del Desarrollo Sostenible
y su incidencia en el clima.
Imágenes muy impactantes que han estado
ya en diferentes lugares del mundo, como la Cumbre del Clima de la ONU.
La otra es una exposición de carteles
en el que 17 artistas, bajo el lema “Todo pasará”, crearon mensajes de esperanza
para los sanitarios que se enfrentaban a la epidemia, bajo el patrocinio de la
Plataforma Makers CoVida.
Uno de sus símbolos es esta escultura
del artista José María Casanova, realizada con impresora 3D, que constituye un homenaje
a todas las personas fallecidas durante la pandemia y a quienes les ayudaron.
Finalmente, en la planta baja, se
encuentra la exposición “Grabado en nuestra memoria” con obras de ocho artistas
consagrados: Agustín Ibarrola, Martín Chirino, Juan Genovés, Joseph Guinovart,
Eduardo Arroyo, Rafael Canogar y Alfonso Albacete, de la colección de la propia
Margarita Asuar.
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