Heraldo de Aragón acaba de publicar en su edición digital un artículo de Lucía Valero que lleva por título “Catedrales, basílicas y colegiatas de Zaragoza provincia”. El propósito no puede ser más loable, dado que se trata de destacar que, junto con la catedral de Tarazona, en la provincia existen una serie de colegiatas como las de Borja, Calatayud y Caspe, así como una basílica en Daroca. Sin embargo, el propósito se malogra por la sucesión de errores que contiene el artículo.
Para empezar, en Calatayud hay más de
una colegiata. Sólo se menciona a la de Santa María, mientras que se omite a la
del Santo Sepulcro que, además, es basílica. No hemos analizado con detalle la información
que se ofrece sobre esos monumentos, pero por lo que respecta a la colegiata de
Santa María de Borja, el texto es el siguiente:
“Entrar a la colegiata solo es posible
coincidiendo con el horario de las misas que en invierno son los sábados a las
19.00 y los domingos a las 11.00. El templo se abre media hora antes para la visita,
que también puede ser guiada por 2,50 euros (o 1,5 en tarifa reducida). Además,
en el interior del templo está el museo, que alberga obras artísticas
destacadas, como las pinturas góticas dedicadas a la
Virgen de la Sacristía Mayor. Está abierto de lunes a viernes de 10 a 14,
los sábados también de 17 a 20 y los domingos de 11 a 14. Entrar por libre es
gratis pero también se puede contratar una visita guiada que incluye, además,
una vuelta por el centro de Borja. Estas visitas no tienen horario fijo y para
reservarlas hay que contactar con antelación con la oficina de turismo”.
La autora ha debido manejar información
muy antigua o se ha hecho un lío con las fuentes consultadas, dado que no se ha
enterado de que el Museo de la Colegiata no está en el interior de la misma. Su
alusión a “las pinturas góticas dedicadas a la Virgen de la Sacristía Mayor”,
está fuera de lugar, dado que se trata del antiguo retablo mayor que ahora se exhibe
en las salas IV y V del citado museo y que, antes de su restauración e
instalación en el mismo, se encontraban mal ubicadas en la sacristía del templo.
Todo ello constituye un ejemplo de como
puede malograrse una buena iniciativa por la deficiente información que se
ofrece.
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