De igual manera que lamentamos la desaparición de los grafitos existentes en el interior de la ermita de Ntra. Sra. de la Torre, nos vimos sorprendidos por la fotografía que nos trajeron quienes ascendieron hasta el castillo de la Raya de uno que encontraron en sus muros.
En una de las piedras de sus muros
aparece escrito, bajo una cruz, lo siguiente: “Cap. Piloto García Pardo.
28-3-1939”, un modesto recuerdo del pasado que para muchos no significará nada.
Sin embargo, constituye una referencia
precisa del lugar en el que encontró la muerte el Capitán D. Miguel García
Pardo de Prado, cuando la Guerra Civil estaba a punto de finalizar. Poco
después del trágico accidente que ocasionó su fallecimiento fue recompensado
con la Medalla Militar, la más alta condecoración tras la Laureada de San
Fernando.
En la Orden de 5 de mayo de 1939, por
el que se le concede, se detallan los méritos contraídos en campaña, destacando
que el 18 de julio de 1936, siendo teniente, abandonó el aeropuerto del Prat,
con su aparato (iba acompañado por el capitán Luis Calderón Gaztelu),
presentándose en Pamplona. A lo largo de la contienda, formando parte de
diversas escuadrillas, entre ellas la de García Morato, efectuó 600 servicios de
guerra, con 1.100 horas de vuelo, derribando con seguridad doce aviones
enemigos y probablemente otros cinco.
En la orden se señala que “el 28 de
marzo último, al regreso de un servicio sobre el frente de Guadalajara, se
estrelló contra el suelo, incendiándose contra el suelo y encontrando gloriosa
muerte en el accidente”.
En un artículo publicado en la Revista
de Aeronáutica y Astronáutica se precisa: “El accidente se produjo al
regresar de un servicio de vigilancia en Guadalajara, cuando al intentar aterrizar
en el aeródromo de Almaluez su caza CR-32 se estrelló contra el suelo. Este año
sería ascendido por méritos de guerra y recibiría la medalla militar individual”.
Sin embargo, en el blog de Carlos Gil,
que hemos encontrado, se ofrece una versión diferente a lo acaecido, basada en
testimonios de personas que recordaban el accidente, que no fue el único ese
día, hubo otro en el que perdió la vida el teniente D. Rogelio García Juan.
De entrada, los aparatos que pilotaban
no eran cazas CR-32, sino aparatos He-112B y a bordo de los mismos, tres
pilotos celebraban ya la inminente entrada en Madrid. Según el blog citado, el
capitán García Pardo simulaba un combate contra el avión que pilotaba el
teniente Jorge Muntadas Claramunt, cuando entró en barrena estrellándose contra
el suelo.
No obstante, hemos encontrado otra
versión en la que se afirma que el capitán estaba efectuando un vuelo rasante,
para impresionar a una determinada persona, cuando rozó las almenas del
castillo y cayó en término de Monteagudo de las Vicarías, incendiándose el
aparato. Quienes se acercaron hasta ese lugar, encontraron el cadáver
completamente carbonizado.
En cualquier caso, todos estos
testimonios vienen a modificar la versión oficial del accidente, justificando
el que exista ese grafito, precisamente en el castillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario