Otra de las postales que acabamos de conseguir es la nº 76 de la serie “Castillos de España” de Ediciones Vistabella, correspondiente al llamado castillo de Requesens, en La Junquera (Gerona).
Situado en el centro de una gran finca,
este espectacular castillo es de origen medieval, estando documentado desde el
siglo XI, vinculado al señorío de Requesens. Desde el siglo XV era propiedad de
los vizcondes de Rocabertí, señores también del castillo de Perelada.
En el siglo XIX se encontraba casi completamente arruinado, siendo reconstruido, entre 1893 y 1899, por los condes de Perelada D. Tomás de Rocabertí-Boixadors y su hermana.
La obra fue espectacular, inspirada en
criterios historicistas, aunque realizada con materiales de la zona que la alejan
un tanto de otras restauraciones de la época. Fue realizada por el maestro
Alexandre Cornalat para su empleo como residencia de verano y alojamiento de
los trabajadores de la finca.
Lamentablemente, los impulsores de
aquella obra que tuvo una gran repercusión en Cataluña no pudieron disfrutar de
sus resultados pues D. Tomás murió en 1898 y su hermana el mismo día de la inauguración
del castillo, el 24 de junio de 1899.
Al no tener descendencia, todas sus
propiedades pasaron a sus sobrinos, tras un largo contencioso.
En 1923, fue adquirido por los hermanos
Pedro y Juan Rosellón, unos industriales mallorquines interesados en la
explotación forestal de las 2.000 Ha de la finca que rodea al castillo, pero
cuatro años después lo vendieron al duque del Infantado que llegó a residir
esporádicamente en el castillo.
Saqueado durante la guerra civil, al
finalizar la misma, se convirtió en cuartel de un destacamento encargado de la
represión del bandolerismo en la zona y, en 1955, lo adquirieron los actuales
propietarios D. Miquel Esteba Caireta y D. Josep Pijoan.
En la actualidad el impresionante
complejo está abandonado. Sus numerosas dependencias se mantienen en pie,
aunque sin ningún tipo de contenido, cosa que sorprende a los visitantes que
pueden efectuar visitas a su interior, tras el pago de una pequeña cantidad.
Son muchos los que se han pronunciado sobre
el desinterés de la propiedad y de las autoridades competentes para impedir la
progresiva ruina de este conjunto monumental, representativo del siglo XIX,
dotado de una indudable espectacularidad, tanto por sus características como por
su privilegiado emplazamiento.
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