Una de las iniciativas más interesantes llevadas a cabo por el M. I. Ayuntamiento fue la rotulación de los árboles del parque de San Francisco de Borja, un pequeño jardín botánico del que, a través de los códigos QR del que está dotada cada placa informativa, se puede obtener amplia información de cada una de ellas.
Pero hay bárbaros que son capaces de
destrozar cualquier cosa y, en ese ailanto, situado a la entrada de la ciudad,
han querido dejar una muestra de su mala educación, pintando un soez epíteto en
la corteza de la planta.
No sabemos si será sencillo el eliminar
esta pintada, pero debería intentarse pues es lamentable la impresión que
produce en nuestros visitantes, al igual que otra “antiquísima” que hay en la
tapia del convento de la Concepción, sobre la que hemos llamado la atención en
numerosas ocasiones, aunque sin ningún éxito.
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