martes, 1 de marzo de 2022

La amenaza verde sobre nuestro valle

 


         Frente al Pabellón Municipal de Vera de Moncayo se encuentra esta propiedad en la que llama la atención el hórreo instalado en el jardín o el rótulo de su entrada que alude al famoso álbum de los Beatles, editado en 1969.


         Pero, en esta ocasión, lo que atrajo nuestra atención fue la pancarta que colgaba de uno de sus balcones en la que se leía “Parque F. V. Veruela 2, elimina + de 20.000 árboles. Autoridades; poned remedio”. Comoquiera que no teníamos noticia de ese proyecto ni de los problemas que planteaba, hemos realizado una somera investigación, encontrándonos con la sorpresa de que no es el único parque o planta fotovoltaica proyectada en esta localidad. No obstante, ciñéndonos a la “denunciada”, la Veruela II, estamos en condiciones de ofrecer algunos datos.



         Se trata de un impresionante complejo, cuya extensión en hectáreas no se detalla en el proyecto consultado, pero sí se indica que está compuesto por 116.262 módulos fotovoltáicos de sicilio monocristalino de 430 Wp de potencia máxima cada uno, agrupados en series de 27 módulos cada uno que, en total, suman 49.992 MWp instalados, con una producción de 41,80 MWn.


         Junto al brutal impacto ambiental de esos 116.262 paneles, cuya vida útil es cuantificada en el proyecto en 30 años, hay que sumar las instalaciones precisas para convertir la corriente continua que producen en corriente alterna.

         Para ello se necesitan los llamados “inversores” unos módulos que se instalan en los “Centros de Transformación CT”. En el parque habrá 30 inversores agrupados en CT de dos a cuatro en cada uno.


         Desde los CT, la energía producida se conduce por líneas subterráneas hasta la Subestación “CASTOR” donde se transforma de 30 kV en 220 kV, para ser llevada desde allí, por tendidos aéreos hasta la Subestación “VALCARDERA” para ser evacuada la red general. Esa línea discurrirá por los términos municipales de Vera de Moncayo, Bulbuente, Ambel, Borja, Ainzón, Bureta, Alberite de San Juan, Magallón y Agón, con las afecciones correspondientes.


         El presupuesto de la obra alcanza la cantidad de 29.779.570,29 Euros, una cifra realmente impresionante que, según el proyecto reportará “importantes beneficios socioeconómicos para el municipio y entorno”.


         Pero ¿Quién está detrás de este proyecto? Como titular del mismo aparece Energías Renovables de Nerio S. L., con sede en Madrid, aunque el proyecto ha sido elaborado por Forestalia que, como la anterior, forma parte del entramado societario del empresario aragonés Fernando Samper Rivas, un hombre procedente del sector cárnico del porcino que irrumpió con gran fuerza en el de producción energética, al igual que su hermano Sergio, aunque a través de empresas diferentes y sin ninguna relación.


         Si la presencia de parques eólicos ya ha despertado la alarma de muchos colectivos por su incidencia en el paisaje y otros factores a ellos asociados, entre los que también cuenta el problemático futuro de esos gigantescos molinos que, como todo, tiene una vida útil limitada, se une ahora la presencia de parques fotovoltáicos que, como el de Vera, también inciden de forma notable en el paisaje. En la pancarta se denunciaba la pérdida de árboles que va a provocar. No hemos visto el estudio de impacto ambiental, por lo que no podemos saber si la cifra denunciada es correcta.

         Pero, ante todo lo que está ocurriendo, cabe preguntarse de si ese “dogma” de la nueva religión mundial, que ha obligado a un cambio radical en el modelo energético, es realmente beneficioso para los individuos que, por el momento, tienen que asumir un incremento terrible en el precio de la electricidad.

         Por otra parte, el modelo que partió de Alemania donde, por influjo de los verdes, se abandonaron las centrales nucleares y la producción de carbón para pasar a depender de un gas ajeno, del que ahora pueden verse privados, ha obligado a reflexionar a la Unión Europea que ha llegado a declarar a la energía nuclear “energía verde” y al presidente francés Macron a poner en marcha nuevas centrales nucleares.

         Si a ello añadimos que, dentro de unos años, la producción energética provendrá en su mayor parte de las centrales de fusión nuclear, completamente diferente a las actuales (de fisión), dado que no producen residuos ni entrañan los riesgos que suelen alarmarnos, cabe preguntarse ¿A quién benefician los actuales parques y a qué obedece su crecimiento exponencial, precisamente en Aragón?

 







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