Revisando los trabajos publicados por la Profª. Dª. Pilar Pueyo Colomina, de la Universidad de Zaragoza, hemos releído un artículo publicado, hace años, en la revista Aragón en la Edad Media con el título “Guillermo d’Aigrefeuille, arzobispo de Zaragoza: El registro de actos comunes del año 1348”, en el que se ofrecen datos sobre varias localidades de nuestra zona, cuyo interés es especialmente notable por tratarse de una época en la que es difícil encontrarlos.
Vamos
a relacionarlos, siguiendo el orden alfabético de los municipios mencionados,
advirtiendo que ninguna de las fotografías que los ilustran corresponden a la
época, dado que los templos actuales fueron construidos posteriormente. Así, el
11 de octubre le fue conferida la rectoría de Agón a Pedro Andrés de Marcilla, vacante por fallecimiento del
anterior rector Vicente de Gavás.
El 23
de octubre, se confiere la vicaría de Ainzón
a García Garcés de San Pedro, vacante por la muerte de su último titular Pedro
Sánchez. Es curioso que García Garcés fue presentado para ese beneficio por el
arcediano de Belchite y el canónigo sacristán de la Seo zaragozana.
El 26
de octubre, se facultó al vicario de Alberite
para que enterrara en el interior del templo parroquial a Nicolás de Gallur,
presbítero, el cual había donado a la iglesia 200 sueldos jaqueses.
Un
escolar de Bureta, Martín Vidal,
recibió licencia el 12 de diciembre para recibir la primera tonsura, con la que
quedaba sometido al fuero eclesiástico y era el primer paso en la carrera eclesiástica
que, a veces, no se concluía.
Respecto
a Fuendejalón hay una noticia de 24
de noviembre por la que se manda al vicario de Fuendejalón la compra de las
rentas y derechos del fallecido rector de esa iglesia Domingo Melero.
En relación
con este personaje hay un dato llamativo, dado que el 10 de diciembre se da
aviso a Rosendo Melero, “hijo de Domingo Melero, difunto rector de Fuendejalón”
para que pagara los 230 sueldos jaqueses que había prometido entregar su padre “por
la arrendación del cuarto arzobispal”.
Poco
después fue nombrado rector de la iglesia Pascasio Azlor que, hasta ese
momento, había sido capellán del palacio arzobispal de Zaragoza.
De Magallón hay datos muy interesantes,
referidos a la iglesia de Santa María de Huerta, donde el 19 de diciembre se
permite a los “prohombres” de la localidad construir un altar bajo la advocación
de San Antonio confesor (pensamos que sería San Antonio Abad), al que habían
dotado de todo lo necesario para el culto.
Al día
siguiente se dio permiso para enterrar en el interior de la iglesia que, desde
luego era la que existió antes de la construcción del templo mudéjar que ha
llegado hasta nosotros, los cuerpos de Jimeno Garcés de Agón, Justicia de
Magallón; Sancho Rodríguez, escudero; Juan de Mallén, notario; y Antonio de
Arco, que habían dotado a la iglesia con 200 sueldos jaqueses.
Por otra parte, son
otorgadas licencias a Pedro Juan Guallart, el 13 de diciembre, y a Pedro
Francés, para recibir las órdenes menores, tras ser haber sido ya tonsurados.
En el
caso de Mallén sí que hay restos
significativos del templo que existía en el siglo XIV. Entre los datos
relativos a esta localidad, el 14 de octubre se confiere el priorato de Mallén a Pedro López de Aniñón, vacante
por muerte de Francisco Lemosi, al que había sido presentado por el castellán de
Amposta D. Juan Fernández de Heredia, dado que era cabeza de una encomienda de
la Orden de San Juan de Jerusalén. Pero Pedro López todavía no era sacerdote,
por lo que tuvo que ser autorizado para que pudiera elegir a una persona que lo
fuera, con el fin de que se encargara de la “cura de almas” hasta su
ordenación.
El 4
de diciembre se expide la licencia pertinente para que pueda recibir la tonsura
y las órdenes menores el escolar de Mallén García Rainel.
Aunque
era vecino de Daroca, queremos mencionar el caso de Domingo Pérez de Tabuenca dada su posible relación con
esta última localidad. Se señala que era un antiguo cautivo y por su situación
de indigencia se le permitía pedir limosna en toda la diócesis de Zaragoza
durante dos años.
Nuestra
intención al dar a conocer toda esta información correspondiente a un solo año,
1348, es para que sirva de estímulo a posibles investigadores, respecto a los que
puede ofrecer el “Registro de Actos Comunes” del arzobispado de Zaragoza que,
hasta el momento, no ha sido suficientemente estudiado por lo que respecta a
nuestro municipios.
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