El 1 de diciembre de 1920 el Topógrafo Auxiliar 1º Victorino Antolín firmó el plano del casco urbano de Tabuenca que había realizado para el Instituto Geográfico y Estadístico, el cual reproducimos gracias a la copia que nos facilitó la Asociación Cultural Villardajos.
Vamos
a ver con más detalle la información que ofrece. Con números romanos del I al
VII están señalados determinados edificios y lugares que hemos rodeado con
círculos rojos, dado que resulta confuso el encontrarlos y, de hecho, no lo
hemos conseguido con el nº I correspondiente a la “Escuela de niños” que
posiblemente está oculto por la mancha de tinta lateral.
El II
corresponde a la ermita del Niño Perdido y el III al “Juego de Pelota” que
estaba junto a la Puerta de la Villa. El V es la plaza donde se encuentra la
Casa Consistorial y en ella se marca el VI que corresponde a la Cárcel,
mientras que a la izquierda aparece el nº IV donde estaba el Cuartel de la
Guardia Civil. Es probable que nuestros compañeros de Tabuenca puedan
identificar esos edificios correspondientes a la cárcel y al primer cuartel (el
nuevo estuvo en la carretera hasta su cierre definitivo). Finalmente, el nº VII
señala el lugar del macelo o matadero en las afueras que creemos se conserva. Es
curioso que ni el Ayuntamiento ni la Iglesia Parroquial se resalten, aunque sí
se marca la torre y se indica la situación del hospital.
Respecto
al nombre de las calles aparecen reflejadas en la leyenda del plano las de: Barrio
Verde, San Juan, del Horno, del Manzano, de Lamana y de Sancho y Gil.
Como
pueden constatarse sólo dos estaban dedicadas a sendos personajes. Una era la
D. Faustino Sancho y Gil (1850-1896), el ilustre escritor y político nacido en
Morés que, en 1893 fue elegido diputado a Cortes por la circunscripción de
Tarazona. Indagando acerca de las razones por las que le pudo ser dedicada una
calle en Tabuenca, hemos encontrado que, junto a D. Joaquín Gil Berges,
presentó una proposición de ley para que se construyera una carretera de tercer
orden, que partiendo de Ainzón, en la carretera de Borja a Rueda de Jalón,
cruzara por Tabuenca, Tierga, la mojonera de Mesones e Illueca, para enlazar
con la que ponía en comunicación con el ferrocarril de Madrid a Zaragoza. Hay que
tener en cuenta que, por entonces, no existía sino un camino no demasiado
espacioso. Defendió la proposición en el Congreso y salió adelante, por lo que desde
Tabuenca le fue remitida una carta en la que se decía:
“Con
extraordinaria satisfacción han llegado a nuestra noticia los trabajos por V.
practicados en nuestro favor para conseguirnos un trozo de carretera siquiera
hasta hoy no sea más que la aprobación en ambas Cámaras del proyecto y la
Sanción del mismo por la Corona. Es indecible el entusiasmo que reina a pesar
de sufrir tanto desengaño por una obra que ha sido el sueño de estos vecinos,
por eso al transmitírselo a V. con la misma alegría, le damos las gracias en
nombre de todo el pueblo y opinamos que de seguir por el camino emprendido le
llamaremos a V. hijo del pueblo y no habrá un vecino que deje de interesarse
por V.
Sólo
de V. espera este vecindario su bienestar por haberse convencido de que los
títulos de actividad, imparcialidad y celo emitidos en alguna ocasión han
resultado verdaderos, así pues de concluir la obra, le quedaremos tan
reconocidos que su nombre habrá de ser grabado hasta en los corazones de sus
más enemigos si los tuviere".
Como se señala en la
web Calatayud.org donde la hemos encontrado, la carta iba firmada por más de 50
personas y se adhería otras que no sabían firmar.
Lo que no sabemos, por
el momento, es a qué personaje hace alusión el nombre de calle de Lamana.
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