El comienzo de la campaña de vacunación no significa que las medidas de protección hasta ahora vigentes vayan a relajarse y cabe la posibilidad de que la mascarilla llegue a convertirse en una prenda habitual, como venía ya ocurriendo en países orientales antes de la epidemia.
No es
de extrañar, por lo tanto, que haya llegado a convertirse en un signo
identitario y muchos municipios las han distribuido con su escudo y algún
elemento representativo de la localidad. Estas son las de El Burgo de Osma y
Ejea de los Caballeros, pero también las hemos visto en nuestra zona.
En el
amplio repertorio de mascarillas de todo tipo que se han visto últimamente se
encuentran las propias de cofradías, como la de San Bartolomé, o con elementos propios
de cada comunidad autónoma.
Por
supuesto, los clubes deportivos y los partidos políticos también han reflejado
sus logotipos en este imprescindible adminículo, aunque sin innovaciones
realmente llamativas.
Ha
sido en Borja donde se acaba de desarrollar el proyecto más innovador,
considerando que un simple logotipo no es suficiente para que el portador de la
mascarilla se identifique con el grupo del que forma parte. De ahí que se haya
creado una que incorpora olores borjanos, algo verdaderamente extraordinario.
El
desarrollo del proyecto no ha estado exento de dificultades, dado que era
preciso identificar qué aromas podían ser considerados propios de nuestra
ciudad. En las encuestas realizadas hubo bastante consenso a la hora de señalar
el de los pinos del Santuario de Misericordia.
Pero
muy pronto surgió la idea de incorporar los de aquellos productos que son un
referente de nuestra tierra. Inmediatamente se eligió el “Borsao”, aunque con
la posibilidad de reemplazarlo por otros vinos a elección del usuario.
Hubo
también unanimidad al señalar la amplia gama de cafés e infusiones que elabora
Borjalar, algo muy nuestro y con amplia difusión.
El olor de ciertas zonas del casco urbano era
también muy sugerente para algunos de los encuestados. Concretamente señalaron
entre sus favoritos el de la plaza del Olmo y para los más atrevidos los de la plaza
de San Francisco en determinados momentos. De ahí que, durante estos días, se
hayan visto en nuestra ciudad a unos especialistas provistos de aparatos de
aspiración (como las sopladoras que tanto ruido hacen, pero al revés) con el
que captaban el aire de esos espacios para introducirlos en unos recipientes
adecuados para su conservación.
En los
próximos días comenzará la distribución de estas revolucionarias mascarillas
que vienen a poner de manifiesto la capacidad creativa y de innovación
desarrollada en Borja.
Como
no tenemos todavía imágenes de la
Olomascarilla borjana, señalamos en este esquema sus más destacadas
características: Máxima protección; reservorio para los aromas borjanos (que
pueden reemplazarse según los gustos del usuario); y espacio para lemas
alusivos “Olemos a Borja”, “Oler nos da fuerza” etc. Así podremos viajar en el
futuro llevando siempre a Borja en nuestro corazón y en nuestro olfato.
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