La solemnidad de la Inmaculada Concepción que hoy celebramos es, junto con las de San Roque y San Juan Bautista, una de las tres fiestas votadas de nuestra ciudad, pero a diferencia de estas últimas no responde a un voto efectuado con motivo de epidemias o catástrofes, sino al compromiso formal efectuado por todos los borjanos, en el siglo XVII, de defender lo que mucho más tarde sería proclamado dogma de Fe por la Iglesia.
Desde
la fundación del convento de la Concepción, la fiesta se ha celebrado siempre
en él, cuya iglesia la tiene como titular, y teniendo como protagonista esa
bella imagen, conocida como “La Napolitana”.
Es
ella la que recorría nuestras calles, acompañada por buen número de personas,
partiendo de ese templo y regresando al mismo.
En principio nos habían comentado que hoy iba a celebrarse en Santa María. Al final ha tenido lugar, como siempre, en la Concepció. Aunque Santa María es un templo mariano, por excelencia, dado que tiene como titular a la
Asunción de la Virgen y allí se venera a nuestra Patrona, sólo dispone de dos imágenes de gran tamaño de la Inmaculada. Una de ellas es la que se encuentra ubicada en una hornacina
de la capilla del Sagrado Corazón y la otra, conservada en la sacristía, es la
de la antigua titular del retablo mayos, realizada por los hermanos Messa que,
por sus características estilísticas puede ser también considerada como una
representación inmaculista. Pero no hay una imagen procesional de calidad, lo que planteaba un pequeño problema para el que ya se habìa encontrado solución.
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