Atendiendo a la invitación de la Sra. Alcaldesa de Ainzón, Dª. Paula Cruz Aranda, ayer nos desplazamos a esa localidad para conocer los últimos hallazgos en torno al castillo o torre que existe en el centro de la población, lo cuales pudimos visitar en compañía de la Alcaldesa y del Concejal de Cultura D. Marcos Pérez García, así como del arqueólogo que está efectuando el informe sobre lo aparecido.
Aunque
en ninguna obra referida a los castillos aragoneses se le menciona, el castillo
de Ainzón fue estudiado en 1953 por D. Federico Bordejé Garcés, dejando unas
notas en sus cuadernos de campo que están depositados en nuestro archivo.
Tal
como señalaba Bordejé, la torre-castillo está situada a la izquierda de lo que
fuera palacio de los abades de Veruela, señores de la localidad, el cual está
actualmente dividido en dos propiedades, privada la adosada a la Casa
Consistorial donde se encontraba la gran puerta de acceso al edificio, y la
contigua que es municipal.
Fue en
1996, cuando tras conocer los datos aportados por Bordejé, visitamos Ainzón
para intentar comprobar qué es lo que quedaba de la torre, pudiendo constatar
que se conservaba íntegra, englobada por varias edificaciones, sin que fuera posible
advertir sino una pequeña parte de sus muros.
Pudimos
visitar el interior y fotografiar la ventana dovelada que había dibujado D.
Federico. Para él, la planta era cuadrangular pero la estancia que medimos
tenía unas dimensiones de 6 x 3 metros, por lo que se asemejaba más a otras
torres de la zona, como la de Agón, de planta rectangular. Sobresaliendo sobre
un tejado vimos también un vano de arco apuntado y algunos sillares de sus
muros.
Ha
sido ahora, al derribarse algunas de las casas que lo ocultaban cuando han
aparecido dos de los lienzos del torreón. Ahora se aprecia perfectamente que el
vano apuntado al que antes hicimos referencia puede corresponder a la puerta de
acceso. Aunque a primera vista parezca pequeña, hay que tener en cuenta que
está tabicada en su parte inferior.
En
nuestra opinión su planta es rectangular, aunque para comprobarlo sería
necesario efectuar catas en el edificio propiedad municipal que se adosa a la
torre y que, como hemos comentado es una parte del antiguo palacio, en la que
llaman la atención el extraordinario grosor de su muros que va decreciendo
escalonadamente de abajo a arriba.
La
confirmación de lo que intuíamos viene a mostrar la existencia de un monumento
de gran importancia para Ainzón que, al corresponder a una torre castillo,
tiene la consideración genérica de Bien de Interés Cultural.
Lo
ideal sería llegar a su completa recuperación pero hay que tener en cuenta que
es de propiedad privada e, incluso, la contemplación de los lienzos ahora
descubiertos no es fácil dado que, si bien el espacio es municipal, no tiene
acceso directo desde la calle.
Por
otra parte, la torre de Ainzón se integra en el conjunto de fortificaciones de
nuestra zona que Bordejé creyó de origen romano y que la mayor parte de los
autores consideran andalusíes, aunque sería interesante un estudio global de
las mismas.
Por lo
que respecta a nuestra comarca las hay en Talamantes, Ambel, Bulbuente,
Maleján, Ainzón, Bureta, Alberite de San Juan, Magallón, Agón, Fréscano, Mallén
y Novillas. Todas ellas en posiciones estratégicas en los respectivos cascos
urbanos, salvo el caso de la de Magallón que, por su ubicación, plantea
numerosos interrogantes.
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