No fue hasta diciembre de 1922 cuando la noticia se difundió por Borja: La comunidad de religiosas concepcionistas estaba completamente arruinada y en una situación muy precaria. Sin embargo, el problema se había suscitado dos meses antes. ¿Qué había ocurrido?
El 2
de octubre de ese año un juzgado de Zaragoza había declarado oficialmente la
quiebra de la “Casa de Hijos de Félix Repollés”, una pequeña banca privada o
más bien lo que hoy llamaríamos un chiringuito financiero que captaba sus
recursos entre personas e instituciones vinculadas a la Iglesia. No eran muchos
pero un número importante de los 200 perjudicados eran de las comarcas de Borja
y Tarazona.
Entonces,
una quiebra como ésta, con un pasivo superior a los tres millones de pesetas,
significaba la pérdida total de los fondos depositados en la entidad afectada,
algo terrible para los pensionistas del clero y comunidades religiosas que se
vieron involucradas en este caso.
Las
concepcionistas de Borja perdieron 80.000 pesetas, todo lo que tenían; las
clarisas de Tauste otras 80.000 y el obispo de Tarazona 136.000 pesetas. Pero
la quiebra afectó también a particulares como D. Pablo Molinos de Magallón que
perdió 36.000 pesetas o D. Román Cisneros, de Tarazona, 50.000.
Al día
siguiente, el gerente de la entidad, Fernando Sola, fue detenido acusado de
estafa, pero ello no podía paliar el daño ocasionado que, en el caso de las
religiosas de Borja, llegó a dejarles en completa indigencia.
Ante
esta situación, se constituyó una Junta para tratar de ayudar al convento
borjano y el 8 de diciembre fue distribuida una circular dando noticia de lo
ocurrido y pidiendo fondos para ayudarles a sobrevivir. La firmaban los
párrocos de Santa María y San Bartolomé D. Protasio Gracia y D. Manuel Peiró;
el Alcalde D. Rodolfo Araus; D!. Carmen Elorriaga, viuda de Ferrández; Dª.
María Balaguer, viuda de Durango; Dª Asunción Pomares de Sierra y Dª. María
Nogués de Ojeda.
La
suscripción popular fue encabezada por el Obispo de Tarazona con 1.000 pesetas;
D. Protasio Gracia aportó 200 y D. Manuel Peiró 100, la misma cantidad que el
marqués de Castejón, el marqués de Olaso y los cartujos de Tarragona, por citar
sólo a algunos de los primeros donantes.
El
periódico Ecos del Moncayo fue
publicando en días sucesivos las relaciones de cantidades recaudadas que, en
total, ascendieron a 6.361 pesetas, muy por debajo de las pérdidas sufridas.
Las religiosas aceptaron con gran entereza el revés y agradecieron las muestras
de apoyo recibidas, poniendo en manos de la Providencia su futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario