En las más antiguas fotografías de la Casa Consistorial, aparece con la fachada pintada y, por supuesto, sin reloj. Fue en 1859 cuando se revocaron los ladrillos de la fachada original y fue pintada, aunque posteriormente hemos documentado otras reparaciones hasta que fue pintada de blanco.
Entre
los elementos constructivos desaparecidos destacan los remates en forma de
pirámide a ambos lados de la cubierta (señalados en rojo), algo característico
de la arquitectura aragonesa del XVI. En el centro, la airosa espadaña con la
pequeña campana que convocaba las reuniones del consejo y sonaba cuando salía
en corporación para algún acto señalado.
El
primer reloj de la Casa se instaló en 1913 y, como puede verse en esta
fotografía se situó en la arcada central de la arquería superior. En la imagen
se pueden ver las casetas que se instalaban en la plaza con motivo de la Feria,
a beneficio del hospital, lo que quiere decir que esta costumbre se mantuvo en
los primeros años del siglo XX, a pesar de que D. Rafael García afirmaba que
había caído en desuso con anterioridad.
Aunque
esta postal está realizada cuando la fachada había sido ya pintada de blanco,
en ella se distinguen las modificaciones impuestas por la instalación del
reloj. Concretamente, se eliminó el antiguo campanil, sustituyéndolo por uno
más feo y achatado, en cuyo vano siguió colocada la campana anterior que aún podía
sonar, siendo colocada sobre él la del reloj, dotada de un mazo que, al
golpearla, daba las horas y los cuartos. Esa campana lleva la inscripción “Meta
Font” que no hemos sabido nunca a qué corresponde. Puede ser el constructor del
instrumento o el del reloj.
Siendo
Alcalde D. Luis María Garriga fue restaurada la Casa Consistorial y entonces se
eliminó el reloj de la arquería central. No recordamos si fue conservada su
maquinaria. En su lugar se colocó otro en la fachada de características muy
diferentes, ya que es electrónico y el sonido corresponde a una grabación que
se retransmite por medio de un altavoz.
Lo más
chocante fue la forma desproporcionada de la nueva espadaña y la absurda
colocación de las campanas. En su base apoyada en el vástago central quedó la
antigua del reloj sin ningún cometido. Además, fue zunchada y reparada lo que
la convierte en un elemento inservible.
Sobre
ella y pendiendo de un gancho se colocó a la campana del consejo, sin su yugo
y, por lo tanto, también inservible, cuando lo lógico hubiera sido hacer un
campanil similar al primitivo y colocar en él esta campana histórica.
Lleva
el nombre de Santa Bárbara y fue fundida en 1728. No es, por consiguiente, la
primera que hubo, pero sus 300 años de antigüedad merecen que se la respete.
Comoquiera
que la fea espadaña presenta grietas en su estructura que pueden entrañar
peligro, creemos que en algún momento tendrá que ser reemplazada con otra de
mejor diseño que acoja a la pequeña campana “Santa Bárbara” con su yugo, para
que podamos volver a escuchar su sonido cuando el M. I. Ayuntamiento sale en
corporación bajo mazas.
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