Continuando con sus trabajos fotográficos para el libro que prepara, D. José Luis Garde Murillo ha estado en varias ocasiones por la zona del barranco de Valdeherrera y Las Lomas.
Es una
zona bonita en la que abundan las encinas y en la que hay una ganadería de
reses bravas. Iba buscando alguna encina que destacara por sus características,
pero lo que le llamó la atención fueron los chopos cabeceros que crecen en el
barranco.
Se da
la circunstancia de que en los mapas del Instituto Geográfico Nacional a una
parte del barranco de Valdeherrera se le da el nombre del “El Chopal”.
Cuando
estuvo allí aún amarilleaban las hojas de los Populus nigra (algunos de ellos chopos cabeceros) con su aspecto
característico.
Tienen el tronco
cabezón, con muchos brotes y corteza muy retorcida. Son frecuentes en barrancos
donde crecen espontáneamente o han sido cultivados. Allí, como en otros
lugares, se veían sus ramas rotas por el viento.
Entre
las fotos que nos ha enviado hay una que nos ha impresionado especialmente,
dado que tras el paraje natural del primer plano se puede ver ese otro “bosque”
artificial de molinos de viento, cuya proliferación en Aragón comienza a ser
cuestionada en algunos sectores. Nosotros fuimos pioneros a la hora de advertir
sobre sus riesgos (no todo son ventajas).
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