El 4 de junio de 1923,
fue asesinado el cardenal D. Juan Soldevila Romero, arzobispo de Zaragoza,
cuando se disponía a entrar en la escuela-asilo que había fundado en El
Terminillo y solía visitar todos los días después de comer. Los autores
del atentado fueron los anarquistas Francisco Ascaso y Rafael Torres Escartín,
Sobre este trágico acontecimiento ya dimos información en el artículo publicado el 12 de septiembre pasado.
Hoy queremos referirnos al impacto que la trágica noticia provocó en nuestra ciudad donde el periódico local Ecos del Moncayo la destacó en la primera página del número correspondiente al 9 de junio de 1923.
En
páginas interiores glosaba la relación de Borja con el prelado asesinado,
durante su etapa como obispo de Tarazona, entre 1889 y 1902. Señalaba el
semanario borjano que a él se debió la fundación del colegio de Santa Ana en
nuestra ciudad, verificada en 1894, algo que suele pasar desapercibido.
También
dio todo tipo de facilidades para que en la iglesia del antiguo convento de
dominicos se volviera a restablecer el culto, interrumpido desde 1835. Llamamos
la atención sobre esta fotografía muy interesante pues en ella puede verse la
entrada original al convento, la izquierda de la iglesia y la tapia que cerraba
el edificio. En la plaza aún no estaba la fuente pero sí el Parador de Frauca
con una buena acera delante del edificio que contrastaba con la tierra del
resto de la plaza, que ya había sido nivelada pues originalmente había una gran
depresión en el centro.
Ese
templo de convirtió en sede de las Congregaciones Marianas y de las Hijas de
María, desempeñando un importantísimo papel en la formación de la juventud
borjana, de manera que su cierre, en la segunda mitad del siglo XX, fue uno de
los grandes errores pastorales de la Iglesia local.
D.
Juan Soldevila administró el Sacramento de la Confirmación en tres ocasiones,
ambas en la antigua colegiata de Santa María. La primera fue en 1890, siendo
padrinos D. Amado Badía y Saldubes y Dª. María Nogués y Milagro. Era costumbre
que, como padrinos de los confirmados, actuaran autoridades o destacados personajes
locales. En este caso D. Amado Badía era notario y fue el primer Presidente del
Sindicato de Riegos, así como de la comisión organizadora del I Centenario de
la Virgen de la Peana en 1889. Falleció en 1890, algo después de ser padrino de
la Confirmación, cuando sólo tenía 56 años. Dª. María Nogués era la hermana del
general Nogués.
Volvió
en 1895 y en esa ocasión los padrinos fueron D. Lorenzo Nogués y Milagro y Dª.
Juana Malumbres y Simón. Esta última era tía del escritor Emilio Alfaro
Malumbres. Finalmente, en 1899 los padrinos fueron el Alcalde de la ciudad D.
Tomás Sánchez Saldaña y, de nuevo, Dª. Juana Malumbres.
El
periódico señalaba que, además de estas visitas, el prelado realizó otras
muchas para atender diversos asuntos, por lo que era muy querido en Borja,
desde donde salieron varios telegramas de repulsa por el criminal atentado,
entre ellos uno de la propia redacción de Ecos
del Moncayo.
Actualmente,
su presencia sigue viva, tras la adquisición por nuestro Centro del retrato inédito
que encabeza este artículo que fue pintado por D. Elías García Martínez en
1921.
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