Ambel es una localidad que cuenta con un importante Patrimonio Cultural vinculado tanto a su iglesia parroquial de San Miguel (ahora en restauración) como a la ermita del Rosario que no es suficientemente conocido y que, en el futuro, podrá ser admirado en el museo que, muy probablemente, habrá que crear en uno de los dos templos.
Entre
ese conjunto de obras de Arte destacan, de manera especial, los retablos
góticos existente tanto en la iglesia de San Miguel como en la del Rosario,
varios de los cuales han sido restaurados, aunque queda pendiente alguno.
No
podemos olvidarnos del conjunto de relicarios que, al interés artístico de los
mismos, se une el hecho de que las Santas Reliquias son las Patronas de la
localidad y objeto de especial veneración.
Pero,
como ha ocurrido en otros muchos lugares, el Patrimonio de Ambel también fue
expoliado en el pasado y, como prueba de ello, acabamos de localizar este
documento en el que se detallan los “objetos” vendidos que eran propiedad de la
parroquia y este último detalle es importante.
Porque
en la nota se indica el nombre del comprador y el de las personas que lo
autorizaron, pero no figura quién fue el responsable directo de la venta de
estos bienes:
Dos imágenes de los siglos XVI y XVII; dos tablas
del siglo XVI; una del siglo XVII; un crucifijo de marfil y varios ornamentos.
Las cantidades abonadas eran bastante elevadas para la época y, por lo tanto,
cabe preguntarse quién las percibió.
Daremos
seguidamente noticia de los tres personajes mencionados. El primero de ellos es
el que aparece como comprador: D. Luis de Despujol y Ricart. No son muchas las
imágenes existentes de él. Hemos encontrado en el blog “Ceremonia y rúbrica de
la Iglesia española” esta fotografía en la que aparece con su protector el
cardenal Gomá (en el centro) y el Secretario de la Conferencia Episcopal
Americana (a la izquierda).
Como
todos conocen D. Isidro Gomá y Tomás, antes de ser trasladado a la sede primada
de Toledo y ser creado cardenal, fue obispo de Tarazona entre 1927 y 1933.
Desde Cataluña de trajo a D. Luis Despujol que fue su Secretario de Cámara y
Gobierno y hombre de confianza. Lo nombró también canónigo magistral de la
catedral y, cuando marchó a Toledo lo llevó consigo, aunque a finales de enero
de 1938, pasó a convertirse en Secretario del nuncio monseñor Antoniutti. Después
de la guerra fue canónigo de la catedral de Barcelona.
Era hijo
de VI marqués de Palmerola, conde de Fonollar, barón de Callús y I conde de
Vallesa de Mandor. Su hermano José María Despujol y Ricart, contrajo matrimonio
en Tarazona con Dª. María Josefa Díaz del Villar. Era abogado del Estado y sucedió
a su padre en los títulos convirtiéndose en el VII marqués de Palmerola.
La
boda se celebró en la capilla de la casa de la novia, siendo bendecida la unión
por el obispo Gomá, celebrando la misa de velaciones el hermano del novio “el
canónigo y secretario de cámara” D. Luis de Despujol. La novia vestía traje
blanco y el novio, entonces barón de Monclar, el uniforme de gentilhombre con
banda del Real Cuerpo de la Nobleza de Cataluña.
Fue
nombrado “Hijo Adoptivo de la ciudad de Tarazona” y su esposa donó los terrenos
en los que ahora se levanta la Residencia de Ancianos que lleva el nombre de “Marqueses
de Palmerola”, de propiedad municipal pero gestionada por una empresa privada.
Como
autor del informe previo a la venta aparece el “M. I. Sr. Don José María Sanz”.
Se trata de otro ilustre personaje D. José María Sanz Artibucilla (1877-1949),
natural de Corella, aunque la familia pasó a Tarazona en 1904. Catedrático del
seminario turiasonense y canónigo magistral y fabriquero pero, además, fue un
personaje relevante de la Cultura en la ciudad. Autor de una Historia de
Tarazona y de numerosos trabajos
publicados en distintos medios. Miembro correspondiente de la Academia de la
Historia y de la de Nobles y Bellas Artes de San Luis, fue galardonado con
diversos premios, así como con el título de “Hijo Adoptivo y Predilecto de la ciudad”
y Cronista. Que un personaje tan relevante en el campo cultural pudiera
informar favorablemente de una venta de estas características viene a poner de manifiesto
la percepción que entonces se tenía del patrimonio artístico de nuestras
localidades. Porque el caso de Ambel se repitió en otras muchas localidades
como Borja.
Pero
el responsable último fue el Sr. Obispo. En este caso se trataba de D. Nicanor
Mutiloa e Irurita (C. SS. R.) que ocupó la sede de Tarazona entre 1935 y 1946.
A la vista de las biografías de estas personas
podemos enmarcar el momento de la venta, teniendo en cuenta que D. Luis
Despujol era canónigo de Barcelona y que el informe los firmó D. José María
Sanz Artibucilla. Comoquiera que este falleció en 1949, los hechos tuvieron
lugar entre el final de la Guerra Civil y 1949.
Queda
el interrogante de porqué los adquiere un hombre de Iglesia como era D. Luis de
Despujol. Durante la guerra civil el cardenal Gomá le había encomendado la
misión de reunir objetos sagrados para poder dotar a las iglesias destruidas en
el transcurso del conflicto. Pero las compras de Ambel son posteriores y pos
sus características no parecen obedecer a esa motivación.
Que D.
Luis de Despujol “coleccionaba” objetos litúrgicos parece demostrarlo un
acuerdo del Ayuntamiento de Barcelona de 6 de mayo de 1953, por el que se hace
constar en acta “la gratitud de la Corporación municipal al muy ilustre
doctor don Luis de Despujol, canónigo de nuestra Catedral Basílica, por su
donativo, con destino a los Museos municipales de Arte, de un cáliz de vidrio
del siglo X-XI y dos lipsanotecas de madera de la misma época”.
En resumen, un canónigo
barcelonés que antes lo había sido de Tarazona, compra unos bienes
pertenecientes a la parroquia de Ambel, de cierta importancia y no mal pagados,
con destino desconocido, sin que podamos saber dos cosas interesantes: ¿Dónde
están? Y ¿Quién percibió las 34.500 pesetas que se pagaron?
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