Como
en todo entierro, también en el de Cristo, el cuerpo va acompañado por sus
familiares y allegados que van tras el arca, precedidos por una bandera negra
en la que figura la inscripción “El duelo del Señor”.
Originalmente y hasta que fue expresamente prohibido estaba formado por personas que acompañaban a la Dolorosa, representando a María Magdalena y otras Marías. Al ser considerado indecoroso ese proceder se introdujeron los pasos actuales que son los de la Verónica, María Magdalena, San Juan Evangelista y, por supuesto, el de la Virgen de los Dolores.
Como
ya comentamos, el de San Juan que ocupaba por derecho propio un lugar
preferente en ese “Duelo del Señor” como discípulo amado, fue reubicado al
inicio de la procesión cuando se hizo cargo del mismo la Congregación Mariana y
los jóvenes de Acción Católica, acompañándolo por una banda de cornetas y
tambores.
Continuó
en su lugar el paso de la Verónica que tradicionalmente ha llevado la cofradía
de San Sebastián, a pesar de que también cuenta con una agrupación de cornetas
tambores y bombos muy numerosa. Desde tiempos muy recientes este paso
protagoniza, además, la ceremonia del Encuentro con el Jesús con la Cruz a
cuestas en la noche del Miércoles Santo.
El
paso de María Magdalena lo lleva la cofradía de Santa Lucía y como el de la
Verónica y la Dolorosa está constituído por una imagen de vestir que lleva en
su mano izquierda una bandeja con dos pomos de ungüentos o perfumes.
Finalmente,
el paso de la Dolorosa que lleva desde sus orígenes la cofradía de las Nieves. “Mater
Dolorosa” pone en una cartela de su peana pero el nombre tradicional con el que
figura en las antiguas relaciones del Entierro de Cristo es el de la Virgen de
la Soledad.
Una
particularidad de esta imagen es la de ser articulada de manera que eleva sus
brazos, con el pañuelo que sostienen sus manos, y baja la cabeza remedando el
gesto de llorar, algo muy llamativo que puede hacerse por medio de una cuerda
que desciende por debajo del paso.
Cierra
la comitiva la corporación municipal con maceros que llevan las mazas cubiertas
con fundas negras. Les sigue la Banda de Música de la Agrupación Musical
Borjana que siempre ha acompañado al Entierro de Cristo.
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