Algunos
de los documentos que hoy mostramos revisten un interés especial por su
singularidad, dado que se tratan de testimonios de unas organizaciones
católicas conocidas pero de las que apenas nos han quedado huellas.
Una de ellas son las acciones del Sindicato Agrícola de Acción Católica que hemos localizado. Fue el primero que existió en nuestra ciudad, fusionado posteriormente con el que surgió en la parroquia de San Bartolomé, para dar lugar al Sindicato Agrícola Católico.
Hubo
varias series de acciones, por importes diferentes. Las que mostramos fueron
expedidas el 31 de diciembre de 1924 a nombre de D. Tomás Sánchez Saldaña que,
además, firmaba como Presidente del Sindicato.
D. Tomás
Sánchez Saldaña (1857-1926) había nacido en Borja y cursado la Licenciatura de
Ciencias en la Universidad de Zaragoza. Fue Alcalde de la ciudad durante dos
etapas. En la primera (1885-1887) tuvo que hacer frente a la epidemia de
cólera, dictando normas que contribuyeron a que la incidencia de la enfermedad
fuera menor que en otras poblaciones.
Este
recibo corresponde ya al Sindicato unificado, al que hemos hecho referencia,
que tenía su sede en la calle Mayor, siendo firmado por D. Juan José Galindo
que desempeñó puestos destacados en el mismo. En este caso el que abonaba esa
cantidad de 33 pesetas no era D. Tomás Sánchez Saldaña, dado que había
fallecido en 1926.
Pero
sí se conserva de él este bonito título de socio de la Asociación de Labradores
de Zaragoza y su provincia, expedido en 1913. Esta entidad que agrupaba a
propietarios agrícolas había sido creada en 1900 y tuvo cierta implantación en
nuestra comarca, destacando la figura de D. Luis Pérez Cistué con empresa en
Magallón. Se conservan ejemplares del boletín que editaba la asociación pero no
creemos que sean muy numerosos los títulos de socio que hayan llegado hasta
nuestros días.
Distinto
es el caso del Centro Social Católico, al que corresponde este recibo de la
cuota de socio de enero de 1935, porque este “casino” ubicado en la primera
planta del edificio donde se encontraba el Sindicato y la Casa del Congregante,
siguió funcionando hasta una época relativa reciente, hasta que tras diversos
avatares respecto a su propiedad, fue derribado para crear el primero de los
curiosos “jardines colgantes” que han ido surgiendo en diversos puntos del
casco antiguo de Borja y que, en este caso, unos toneles recuerdan su origen.
Finalmente, aunque no tenga nada que ver con las anteriores entidades, mostramos este recibo editado por la parroquia de San Bartolomé para los
derechos o estipendios que percibía por los diferentes tipos de funerales. Está firmado en 1937 por D. Manuel
García que era entonces el párroco y es curioso.
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