Son numerosas las asociaciones religiosas que existen o han existido en nuestra ciudad, cuya historia también puede seguirse a través de los recibos de sus cuotas. De ahí nuestro interés en conservarlos, como muestra esta selección de recibos que hoy ofrecemos correspondientes todos ellos a la primera mitad del siglo XX. No están todos, dado que pertenecen a un fondo familiar y, por lo tanto, circunscrito a las asociaciones a las que pertenecían sus miembros. Lógicamente, todos ellos lo eran de la Asociación de Ntra. Sra. de la Peana.
Muy
populares hasta su desaparición fueron entre las jóvenes la Asociación de Hijas
de María y la Congregación de María Inmaculada y de San Luis Gonzaga entre los
jóvenes, ambas con sede en la iglesia de Santo Domingo.
En la
misma iglesia tuvieron su sede las Escuelas Dominicales de las que no ha
quedado más huella que estos recibos y el material escolar que llegamos a ver
en una dependencia de Santo Domingo (frente a la sacristía).
Para
los que no conozcan esta iniciativa encaminada a la formación de las mujeres
trabajadoras entre las que la tasa de analfabetismo era muy elevada, debemos recordar
que fueron creadas por el jesuita P. Mariano Cortés S. J. y la duquesa de
Humanes, a mediados del siglo XIX, constituyéndose en Real Asociación el 12 de
septiembre de 1857. Llegaron a contar con 200 escuelas, entre ellas la de
Borja, que impartían formación los fines semana a más de 20.000 alumnas.
Otra
asociación desaparecida fue la del la Felicitación Sabatina que no sabemos dónde
radicó. En este caso se trataba del homenaje tributado a la Virgen cada sábado,
siguiendo el modelo creado por el sacerdote Juan García Navarro (1820-1903),
con motivo de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
Fue quien
le dio forma y creó una asociación para su práctica, en 1859, en la parroquia
de los Santos Juanes de Valencia. Recibido por el Papa Pío IX, el pontífice la
elevó al rango de archicofradía y le sugirió establecer su sede en Lourdes.
Una gran
importancia tuvo en Borja la Corte de María, fundada en Madrid en 1839, elevada
al rango de archicofradía en 1847. Como comentamos en un artículo publicado en
2016, en Borja está documentada su existencia en el convento de Santa
Clara, al menos, desde 1848 y en su museo se conserva el bonito estandarte,
mientras que en el retablo mayor del antiguo convento de franciscanos se venera
la talla de la Virgen del Amor Hermoso que fue adquirida para esta archicofradía
que se extinguió hacia 1970, como tantas otras asociaciones por influjo de
aquel nuevo modelo de pastoral que tantos estragos ocasionó.
Lo que
aún se mantiene, contra viento y marea, es la Adoración Nocturna entre cuyos
frutos figuran incluso algunos mártires borjanos, como ya hemos destacado en
otras ocasiones. “Adorado sea el Santísimo Sacramento”.
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