Es
posible que, para algunos, haya pasado desapercibida la desaparición del rótulo
y logotipos de la sucursal que el Banco de Santander tenía en la calle Costa de
Borja. Decimos “tenía” porque ha dejado de existir, siendo reemplazada por lo
que denominan “agencia”, atendida por personal que no es de la plantilla del
banco.
Habrá personas a las que lo acaecido no les preocupará, dado que trabajan con otros bancos o cajas. En Borja, subsisten las sucursales del BBVA, Caixa Bank e Ibercaja, junto con la de la Caja Rural de Aragón. Pero cabría preguntarse si seguirán por mucho tiempo. En caso de consultarlo con sus responsables dirán que sí, pero el precedente de Banco de Santander es preocupante.
Su
política de mantener las sucursales sólo en aquellas localidades mayores de
10.000 habitantes representa abandonar la práctica totalidad de los municipios
aragoneses y, desde luego, los de la provincia de Zaragoza.
El
pasado domingo en la contraportada de Heraldo
de Aragón aparecía una entrevista con Dª. Mariluz Hernández Navarro,
Profesora Titular del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de
la Universidad de Zaragoza, la cual tras destacar que el tema de la
despoblación está de actualidad, manifestaba que para luchar contra esa
situación era imprescindible mantener los servicios.
Decía
que perder el colegio significaba prácticamente morir y que también había que
luchar por “mantener el bar del pueblo, la tienda, el médico”, a pesar de que
ello implica un mayor en el medio rural que en el urbano, “pero hay que
mantenerlos por justicia territorial”.
Si
esos servicios, que son de competencia pública, se pierden, más fácil va a ser
que desaparezcan otros privados, aunque no menos imprescindibles, como es el
caso de los del sector bancario. Por el momento, las agencias y los cajeros
junto con la banca on-line parecen resolver el problema, pero no nos engañemos
las reducciones irán siendo progresivas. Ya se están haciendo experiencias para
retirar efectivo en algunos comercios y se ha vuelto a establecer un acuerdo
con Correos. Pero, y en las localidades donde no hay tienda ni oficina de
Correos, que son muchas y lo serán más ¿Qué ocurrirá?
Lo más
sorprendente es que se lo estamos poniendo fácil. Aquí ha habido algunas
protestas en una localidad que se ha quedado sin agente pero, en el caso de
Borja, no tenemos constancia de que el cierre de una sucursal tan importante
como la del Banco Santander haya generado ninguna reacción.
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