Cuando
se estaba procediendo a la restauración de la Casa de Aguilar, hace ya más de
veinte años, en el cuerpo adosado a la fachada principal, aparecieron las
trazas de unas columnas de ladrillo aplantillado que sugerían con claridad la
existencia allí de una logia o galería abierta.
El arquitecto director del proyecto, aunque era consciente de ello, no se atrevió a reproducirla por la falta de testimonios gráficos que indicaran como había sido. Ello era cierto, dado que en todas las fotografías que teníamos no se veía con claridad cómo era esa parte de la casa.
Sin
embargo, ahora disponemos de esta preciosa y antigua fotografía en la que se ve
perfectamente la existencia de esa bonita galería de cuatro arcos de medio
punto apoyados en las columnitas de ladrillo a la que hemos hecho referencia.
La tartana allí “aparcada” oculta la puerta que debió haber en la planta
inferior.
En la
fachada principal todavía no se había abierto la puerta secundaria que hubo que
cerrar y en el balcón principal llaman la atención las macetas. El edificio no
estaba en buen estado, pero al menos las flores mejoraban su aspecto. Junto a la
puerta se ve la placa original de la plaza que fue retirada y sustituida por el
ridículo azulejo que colocaron en otro lugar.
Como
decimos en el titular, de haber tenido entonces esa foto, el resultado de la
intervención hubiera sido muy diferente del que muestra esta otra imagen que
corresponde al estado actual y acceso habitual a nuestras instalaciones.
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