Precioso diploma de las Congregaciones Marianas

         Como miembro que fuimos de las Congregaciones Marianas de Borja y Zaragoza, llegamos a conocer la importancia que en la formación de la Juventud tuvo esta obra apostólica impulsada por la Compañía de Jesús.

         Pero nunca llegamos a recibir un diploma tan bonito como éste que reproducimos que era entregado a los que entraban a formar parte de la Congregación de María Inmaculada y el Santo Ángel de Zaragoza. Editado en Barcelona era utilizado por las congregaciones de varios lugares, a las que se reservaba el óvalo de la parte inferior derecha para que allí imprimieran su emblema. De igual forma quedaba en blanco el nombre de la Congregación y, por supuesto, el del joven que se incorporaba y el de la fecha de su agregación.

         Su diseño era tan minucioso y elaborado que el diploma se acompañaba de una hoja explicativa de su contenido histórico-apologético.

         Presidido por la Virgen, arrodillado ante ella aparece San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús y, frente a él, San Luis Gonzaga, San Juan Berchmans y San Estanislao de Kostka, Patrones de la Juventud.

         Abajo la representación de algunos de los muchos congregantes destacados de su historia, así como representantes de los del momento actual, todos ellos identificados con números es ese transparente que no podemos reproducir íntegro, dado que sus dimensiones superan el formato A3, pero que puede leerse muy bien.

         En la parte superior la leyenda “Beatam me dicent omnes generationes” (Me llamarán bienaventurada todas las generaciones). Abajo: “Surrexerunt filii ejus et Beatissimam praedicaverunt” (Se levantaron sus hijos y la aclamaron Beatísima).     

         En el margen derecho del diploma se representan distintas obras de caridad, mientras que en la orla inferior se detallan las actividades propias de las diferentes academias científicas, literarias y artísticas que promovían las congregaciones.

         Todo ello, junto con el Acto de Consagración a la Santísima Virgen que también se hace constar, constituían un excelente motivo de reflexión para el nuevo congregante.