En la plaza de Ntra. Sra. de la Peana hay un banco en el que, habitualmente, se sientan grupos de personas, especialmente por la noche. Junto a él hay una papelera raramente utilizada para depositar los residuos que generan.
Nos
piden que comentemos el lamentable espectáculo que ofrecen las latas, envases,
papeles y cáscaras de pipas arrojadas al suelo, evitando el mínimo esfuerzo que
entrañaría el llevarlas hasta la papelera.
Hemos
hecho alusión en repetidas ocasiones a estos comportamientos incívicos sin
ningún resultado. El problema radica en la ausencia de educación ciudadana en
los protagonistas de estos hechos y eso sólo se puede aprender en la familia o
en el colegio. Es fácil pensar que algo falla en ambos ámbitos, pero hay
también un elevado nivel de tolerancia respecto a esas conductas que, en ningún
caso, son objeto de sanción, por lo que siguen reiterándose, con grave riesgo
para aquel ciudadano que se atreva a recriminarles su conducta.
Sin
embargo, en la imagen que reproducimos aparecen marcados con flecha roja los
desperfectos producidos en la madera del banco y estos sí que pueden ser
reparados por los operarios municipales dado que, al margen de la manera en que
se hayan originado, intencionadamente o no, tienen cierto peligro para
cualquier persona que allí se siente.
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