lunes, 8 de mayo de 2023

La Virgen de la Peana, el cardenal Casanova y el obispo D. Vicente Rebollo

 

         Ayer celebramos con especial fervor la fiesta de nuestra Patrona, Ntra. Sra. de la Peana, cuya imagen fue llevada al presbiterio de la antigua colegiata de Santa María, desde su camarín, y allí permanecerá hasta la finalización de la novena.


         Este año llamó la atención que, al pie de la imagen, aparece un báculo episcopal. Es el del cardenal D. Vicente Casanova y Marzol, “Hijo Predilecto de Borja”, al que se lo regaló el cabildo de párrocos de Madrid, del que había formado parte hasta ser promovido a la sede episcopal de Almería en 1907. Cuando falleció en 1930, siendo cardenal-arzobispo de Granada, lo legó a la Virgen de la Peana, junto con el anillo y el pectoral que le regalaron los borjanos en 1907.

 


         Ha sido nuestro párroco D. José María Sánchez Becerril el que ha querido que lo que el cardenal donó a la Virgen, luzca junto a ella en estos días, recordando al mismo tiempo la figura del ilustre borjano, al que también se le dedicó un homenaje en el Museo de la Colegiata, cuando fue diseñado y allí puede verse su retrato, como obispo, junto a la iglesia donde fue bautizado y su escudo salvado de la casa que mandó construir en Borja, antes de ser derribada.

 


         En uno de los patios de la Casa de Aguilar se encuentra el busto que su sobrina Dª. María Pilar Rivas Gracia encargó al escultor Carlos Arrabal, a la espera de poder instalarlo algún día en otro espacio público. No queremos mencionar lo acaecido con otro retrato que pintó D. Baltasar González y que el cardenal regaló al M. I. Ayuntamiento.



         Cuando ya habíamos redactado este artículo nos han llegado esta imagen, remitida por nuestro párroco, en la que puede verse al Sr. Obispo D. Vicente Rebollo colocando la cruz pectoral a la Virgen de la Peana. No nos lo indican, pero por las características del pectoral nos da la impresión de que se trata del suyo.


         Ello quiere decir que la Virgen desfiló por las calles borjanas portando la Cruz Pectoral que, en un gesto inédito y especialmente significativo, le había colocado este gran obispo que lleva el mismo nombre que nuestro cardenal. Laus Deo.




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