domingo, 14 de mayo de 2023

En el último taller de seda

 

         Una de las personas con las que comentamos todo lo referido a nuestra reciente estancia en Valencia, se sorprendía de que, en tan poco tiempo, hubiéramos tenido la oportunidad de efectuar tantas visitas. Lo cierto es que fue un viaje intenso en el que el programa que nos habían preparado nos permitió conocer lugares a los que nunca hubiéramos accedido en un desplazamiento “normal”. Uno de ellos fue la visita realizada al último taller de seda, en la localidad de Moncada, que está en camino de convertirse en museo, pero que sigue en funcionamiento.




         Allí fuimos recibidos por la Alcaldesa del municipio Dª. María Amparo Orts Albiach y por el arqueólogo municipal D. Josep Maria Burriel Alberich, el cual nos informó sobre el proyecto de transformación de la antigua fábrica Garín en museo.

         Seguidamente, visitamos la sala I donde se conserva la documentación de la empresa y los diseños de los tejidos que se elaboran allí, de belleza indiscutible.

 


En la siguiente sala pudimos ver a una importante colección de telares históricos del siglo XIX que han llegado allí desde diferentes procedencias. Son telares Jacquard, en referencia al nombre de su inventor, el francés Joseph Marie Jacquard quien, en 1901, inventó un procedimiento que vino a simplificar, de manera notoria, el procedimiento de fabricación de las telas, incorporando inventos de otros compatriotas. De hecho, el sistema funciona como un primitivo ordenador de tarjetas perforadas.

 



         Tratar de explicar en pocas líneas el funcionamiento de estos telares es tarea difícil, dada la complejidad de un sistema regido por estas tarjetas, ahora continuas, cuyos agujeros rigen el movimiento de los hilos, adaptados al diseño que cada una representa.

 



         En otra sala pudimos ver los telares en funcionamiento, donde se producen esos tejidos en seda que, en su práctica totalidad, se dedican a la confección de los trajes de falleras, con una amplia variedad de diseños y, dentro de cada uno de ellos, con diferentes juegos de colores.

         Para conocer el precio de estas telas, basta señalar que, en cada telar, se producen unos 25 cm de “espolín” (tejido de seda a mano) al día y que, para un traje de fallera se requieren bastantes metros. En 2023, esta empresa se hizo con la adjudicación del espolín para los trajes de la fallera mayor y de la fallera infantil de Valencia, por un importe de 19.500 euros para el traje de la fallera mayor y de 18.000 por el de la infantil. Pero, eso es únicamente el importe del espolín para la falda. A ello hay que añadir 3,5 metros suplementarios de seda lisa para el corpiño (de un precio menor) y todos los complementos del traje.

         Todos esos detalles nos fueron explicados por la responsable del taller, en el que trabaja un número reducido de personas, siendo el último de estas características que funciona.



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