La actual plaza de España, conocida
popularmente como “Campo del Toro”, que también fue plaza de la Constitución y
de la República (durante un corto período), fue inicialmente un espacio situado
fuera del casco antiguo de la ciudad, aunque la construcción de la Casa
Consistorial, contribuyó a su integración en el mismo.
A pesar de ello, durante mucho tiempo,
fue un espacio relativamente vacío en el que, junto a la Casa de la Ciudad, el
edificio más importante era el convento de agustinos que, tras la Desamortización
pasó a propiedad municipal.
En 1887 había sido instalada en su
centro una fuente, fabricada por la empresa zaragozana Averly, que ofrecía la
particularidad de que sus aguas procedían del manantial de ese nombre (ahora en
litigio), de donde llegaban a través de una cañería, evitando su contaminación,
cosa que no ocurría con otras fuentes que se alimentaban de la acequia de Sopez
y eran causa de numerosas infecciones gastro-intestinales.
Pero la plaza nunca estuvo pavimentada,
salvo una acera perimetral, y como único ornato contaba con unos arbolitos que
cambiaban de emplazamiento con cierta frecuencia, al igual que los puntos de
iluminación.
Fue el Alcalde D. Jesús Pellicer Bernal
quien, en 1954, acometió la urbanización de la plaza, trazando esa “isla”,
decorada con motivos florales de llamativo color rojo. En torno a ella unas
farolas sobre lo que, en principio, fueron jardineras y, posteriormente, se convirtieron
en bancos. Y en el perímetro esos árboles que, en su floración, daban un penetrante
olor característica, aunque sus frutos negros manchaban, al caer, el pavimento
y los coches estacionados bajo ellos.
Los coches llegaron a convertirse en el
gran problema de la plaza. En las imágenes que hemos mostrado no se ven, porque
no los había entonces pero, cuando el parque automovilístico creció la situación
llegó a ser insostenible.
D. Luis María Garriga Ortiz, siendo
Alcalde, acometió en 1985 la completa remodelación de la plaza, según un
proyecto elaborado por el arquitecto D. Carlos Bressel Echeverría.
La inauguración tuvo lugar en febrero
de 1986 y como relataba el corresponsal de Heraldo de Aragón, en ella
estuvieron presentes el Diputado Provincial D. Jorge Aznar; el Subdirector General
de la Caja de Ahorros de Zaragoza Sr. Alfaro; el Párroco de Santa María D. Felipe
Villar Pérez y el Primer Teniente de Alcalde D. Fernando Castellot Lamelas, que
son los que aparecen en las fotos. La Caja de Ahorros había donado 500.000
pesetas para la instalación eléctrica de la plaza y, en el desarrollo de las obras,
fue muy importante la colaboración del INEM.
Allí se encontraban también la Reina y Damas
de Honor, la Agrupación Musical Borjana, la Rondalla de Borja y el cuadro de
Jota de la Escuela Municipal de Jota, que con sus interpretaciones caldearon el
ambiente frío de aquella tarde, que parecía noche, a pesar de que los actos
dieron comienzo a las seis.
Al final, fue ofrecido un vino a todos
los asistentes, para lo que se habían dispuesto unas mesas en torno a la plaza.
Para entonces, este tipo de agasajos habían comenzado ya a cobrar carta de
naturaleza, para agradar al “personal”, aunque adquirían especial auge en años
posteriores. Por cierto, queremos destacar el elegante uniforme que, en
aquellos tiempos, utilizaba la Policía Municipal.
Finalizamos con estas imágenes del
aspecto actual de la plaza, cerrada al tráfico y con su superficie ocupada, en buena
medida, por las terrazas de los bares que en ella existen.
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