El 9 de junio de 1675 fue nombrado abogado de la ciudad de Borja D. Cirión Cándido Moles, un destacado jurista, probablemente nacido en nuestra ciudad, que se había graduado como Doctor en Derecho en la Universidad de Zaragoza, en 1654, y en la que ejerció la docencia, como Catedrático de Sexto, Cánones y Decretales, hasta 1706. En 1699, contrajo matrimonio en Santa María, con Dª Gracia de Trasobares. Fue poseedor de una importante biblioteca que, a su muerte, adquirió el cabildo de la colegiata, donde en la actualidad se conserva, constituyendo un excepcional conjunto de obras de Derecho, en el que también se encuentra un incunable.
El 9 de junio de 1741 falleció
en Cartagena el Teniente General de la Real Armada D. Miguel Carlos de Sada y Antillón, uno de los marinos más
destacados de su época que había nacido en Gallur, en 1676, aunque pertenecía a
una ilustre familia de Tudela. Participó en numerosas acciones, tanto en aguas
del Mediterráneo como en América. Fue ascendido a Teniente General en 1734 y,
al año siguiente, se convirtió en el primer Comandante General del Departamento
de Cartagena. Estuvo casado con Dª. Francisca Javiera de Lanuza y Mendoza, II
condesa de Clavijo. Es importante destacar su nacimiento en Gallur, dado que en
muchas de sus biografías se le hace natural de Tudela.
El 9 de
junio de 1808 fue asesinado en Borja el Coronel de Infantería de Marina D. Tomás Baquedano y Eraso. Había
nacido en Valtierra (Navarra) y era hermano del Teniente de Navío D. Manuel
Baquedano, casado con la borjana Dª María Ignacia Fernández de Heredia, razón
por la cual pudo encontrarse en nuestra ciudad en ese fatídico día. Otra razón
pudo ser el haber sido nombrado Corregidor, tras el cese de D. Juan Ignacio de
la Pardina. El origen del incidente que le costó la vida fue la confusa
situación que aquí se vivía, tras el inicio de la Guerra de la Independencia.
La petición del general Palafox que se había hecho cargo del levantamiento en
Zaragoza, para que acudieran en su ayuda, provocó un fuerte enfrentamiento
entre los militares profesionales que consideraban una temeridad enfrentarse a
las tropas napoleónicas, sin una previa experiencia castrense, y muchos vecinos
enardecidos por las prédicas de un religioso dominico, fray Pedro de Oliva, que
se encontraba ocasionalmente en Borja.
No
conocemos si D. Tomás Baquedano era de los que se habían mostrados remisos a la
confrontación, pero lo cierto es que fueron a buscarle al Santuario de
Misericordia y, al llegar al arco de San Francisco, la multitud le insultó e
intentó agredirle. Logró refugiarse en la casa de los Amar, en la calleja del
Rey, donde acudieron las autoridades y hasta los canónigos de la colegiata para
intentar calmar a los que pedían que se entregase. Al final, se llegó al
acuerdo de que sería conducido a la cárcel, escoltado por los que habían ido en
su auxilio, pero al llegar a la calle de los Cerezos (ahora Buenaventura
Tejadas), fueron desbordados por las masas que acuchillaron y vejaron
repetidamente el infortunado marino, hasta ocasionarle la muerte. Fue una de
las jornadas más ignominiosas que se han vivido en Borja, con el agravante de
que el crimen quedó impune.
El 9 de
junio de 1904 falleció en Borja Dª. Teresa
González de Castejón y Arnedo que había nacido en Cascante, donde fue
bautizada el 21 de mayo de 1828. Era hija de D. Rufino González de Castejón y
Villanova, natural de Pamplona, y de Dª Micaela Arnedo y Ximénez, natural de
Cascante.
Fue una
mujer de excepcional belleza y, en 1847, contrajo matrimonio en la iglesia de
Nuestra Señora de la Victoria de Cascante con el borjano D. Vicente Álvarez de
Espejo y Navarro de Egui, estableciendo su residencia en nuestra ciudad, en el
palacio de los Navarro de Egui, situado junto al arco de la Carrera.
El 16 de
septiembre de 1859, Isabel II le extendió Real Carta de Sucesión en el título
de marquesa de González de Castejón, convirtiéndose en la segunda poseedora de
este título creado a favor de D. Pedro de Castejón y Salazar, en 1783.
Teresa marchó a Francia, como dama de compañía de la emperatriz Eugenia de Montijo, viviendo aquella época fascinante en la que París se convirtió en referente para todo el mundo. Allí nació su hijo, el futuro General laureado D. Ricardo Álvarez de Espejo y González de Castejón.
Pero, la figura de Teresa está unida en la Historia a la del General D. Jaime Ortega Olleta, un destacado militar de familia de Gallur, aunque nacido en Tauste, con el que siempre le unió una relación de afecto surgida en plena juventud. Cuando Ortega fue condenado a muerte, siendo Capitán General de Baleares, tras el fracaso de un confuso pronunciamiento en favor del pretendiente carlista, Teresa estuvo con él la víspera de su ejecución en el castillo de Tortosa, proponiéndole la huida en nombre de la reina y le hizo entrega de un pañuelo que se conservaba en el mausoleo de Tauste.
Los últimos años de su vida los pasó en Borja, donde falleció, siendo enterrada en el panteón familiar del cementerio de nuestra ciudad, en el que también reposa su hijo, pero no su esposo.
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