A raíz de la muerte de un quebrantahuesos por efecto de las palas de un aerogenerador, D. José Antonio Pinzolas, portavoz de la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar), nos ha enviado un artículo que reproducimos íntegramente:
Era de esperar, era cuestión de tiempo. El parque eólico Refoyas, en la muga entre Castellón y Teruel, se ha cobrado un peaje muy alto para las aves. El primer quebrantahuesos que muere en España por culpa de la descontrolada invasión del campo por centrales eólicas.
El quebrantahuesos es
un ave mítica como hay pocas. En la década de los 80 apenas quedaban 30
ejemplares en el Pirineo, hoy se han multiplicado y gracias a la ¨Fundación para
la Conservación del Quebrantahuesos” han llegado a los Picos de Europa, ha colonizado
el Moncayo y había una pareja en el Maestrazgo. Digo había, porque los dos ejemplares
que se soltaron para recuperar la población en esa zona han muerto.
Masía se liberó en
julio de 2022 y cuatro meses después un macho con el nombre de Sabino empezó sus
vuelos en el cielo de Teruel, pensando en que, al cabo de unos años, se
afianzara una pareja reproductora en la zona.
Sabino murió
electrocutado en agosto de ese mismo año en uno de los miles de torres eléctricas
que hay sin aislar, un tema todavía pendiente de corregir desde hace demasiado
tiempo. Según fuentes oficiales en 2023 se encontraron 847 aves electrocutadas
o colisionadas en tendidos eléctricos, porcentaje que es mucho mayor, ya que
muchos tendidos no se vigilan o las aves que mueren son depredadas.
Con la muerte de Masía
el pasado 7 de junio en un parque eólico, muere la esperanza de que el
quebrantahuesos colonice esta tierra agreste y bien conservada que hubiera sido
un nuevo hábitat para la especie.
En 2023 se encontraron
bajo los aerogeneradores 2.254 animales voladores. Por tanto, no es exagerado
decir que los parques eólicos y tendidos eléctricos son un verdadero apocalipsis
para aves y murciélagos que sumado a la aprobación de más de 100 nuevos aerogeneradores
por parte del MITECO, ha obligado a la paralización del programa de recuperación
del Quebrantahuesos en el Maestrazgo.
Los responsables
últimos de este apocalipsis no son otros que el Gobierno central y el de Aragón
a través del Inaga, que, siendo perfectos conocedores de esta realidad, no
hacen nada por evitarlas. Primero aprueban la instalación de aerogeneradores en
zonas donde se hayan las poblaciones más importantes de aves en peligro y
luego, pudiendo identificar los molinos más peligrosos, olvidan aplicar los
protocolos de que disponen para evitar más muertes. Una triste inacción
culposa, una inactividad administrativa, una evidente pasividad de la
administración en relación a una prestación o actuación concreta que se debería
prestar que en este caso ha supuesto un paso decisivo en la extinción de una esperanza.
El quebrantahuesos está catalogado como “especie en peligro de extinción” y no se debería olvidar que detrás del proyecto de su restauración hay un gran esfuerzo de muchas personas y mucho dinero público para evitar su desaparición, sin que los promotores de los parques eólicos asuman ninguna responsabilidad. Su oficio no parece ser otro que instalar los macabros mecanismos que matan, con el silencio cómplice de las administraciones, a miles de animales protegidos mermando gravemente la rica biodiversidad de estas comarcas.
Estamos ante un hecho
muy grave que no se debería frivolizar y debería ser motivo de reflexión,
porque hoy ha muerto un quebrantahuesos, pero lo que sucede es que todos los días
mueren en los aerogeneradores milanos reales o águilas de Bonelli catalogados como
el Quebrantahuesos. En 2023 lo hicieron 59 milanos reales junto a sisones, alondras
ricoti, avutardas y todas las aves esteparias catalogadas cuya desaparición nos
debería interpelar sobre la aprobación de parques eólicos en zonas donde se
encuentran las mejores poblaciones de estas aves y en última instancia sobre el
sentido que tiene dictar leyes que las protejan para luego dejarlas morir bajo
el peso de la especulación que reina en las energías renovables.
Tal como había
sucedido en el Maestrazgo, ya hace tiempo que en el Moncayo y en Cinco Villas
se establecieron dos parejas de quebrantahuesos. Todo un éxito en la restauración
de la avifauna y de la biodiversidad que se puede ver amenazado por los cientos
de aerogeneradores que un ministerio que se denomina para la Transición
Ecológica ha permitido instalar en sus zonas de cría y campeo.
De seguir en esta
deriva de inacción administrativa e insensibilidad medioambiental, podemos
esperar que sigan la misma suerte las águilas imperiales que se están observando
en estos entornos. Una rapaz endémica de nuestra península, catalogada en peligro
de extinción que podría nidificar cerca de estos parques eólicos y que no es aventurado
considerar que tiene grandes probabilidades de terminar como el quebrantahuesos
ahora desaparecido.
Las fotos las hemos
seleccionado nosotros, del fondo del Centro o de Internet.
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