En la Casa de Aguilar se conserva este busto del Dr. Albert Schweitzer, obra del escultor Ángel Bayod, donado por su hija, realizado en escayola pintada, imitando bronce y con el rótulo de “Albert Schweitzer. Docteur de la brousse”, que era uno de los apelativos con los que era conocido y que puede traducirse como “médico de la selva”.
A pesar de que,
en Zaragoza tiene dedicada una plaza, en la zona del camino de las Torres, son
muchas las personas que ignoran quién fue este famoso médico galardonado con el
Premio Nobel de la Paz.
Había nacido el
14 de enero de 1875 en la localidad alsaciana de Kaysersberg, que entonces
pertenecía al Imperio alemán, aunque después retornó a Francia, en el seno de
una familia luterana en la que, tanto su padre como su abuelo, eran pianistas.
Tras estudiar Teología
y Filosofía en las universidades de Estrasburgo, Berlín y la Sorbona en París, se
graduó como Doctor en Filosofía en 1899 y, al año siguiente, se licenció en
Teología, comenzando a ejercer como pastor protestante, a imagen de su padre
que también lo era.
Su deseo de
servir a la humanidad y la llamada de una revista misionera le impulsaron a
marchar a África, aunque para ser más útil en esas lejanas tierras, decidió
cursar antes la carrera de Medicina. Tenía ya 30 años, pero ello no fue obstáculo
para lograr su propósito y contraer matrimonio con Elena Breslau, en 1912.
Al año siguiente,
el matrimonio viajó hasta Lambaréné, una localidad que entonces pertenecía al África
Ecuatorial Francesa y hoy está en la República de Gabón. Allí, sin más ayuda que
la de su esposa y una enfermera comenzó a tratar enfermos que, muy pronto,
comenzaron a llegar en número considerable a las precarias instalaciones con
las que contaba.
El hospital que
había fundado y el poblado contiguo para las familias, fueron objeto de varias ampliaciones
que sufragaba con el producto de las conferencias que impartía y con los
conciertos que ofreció en diversos lugares.
A pesar de la
benemérita labor que desarrollaba, el hecho de ser alemán en unas posesiones
francesas, al comienzo de la I Guerra Mundial fueron detenidos y confinados en
su casa y, más tarde, internados en territorio metropolitano, siendo puestos en
libertad en 1918.
Tras ejercer
como pastor de nuevo, dar conferencias y conciertos, en 1924 volvió a su
querida África en 1924 sin su querida mujer (que había dado a luz una hija) y
siguió desarrollando de manera incansable su labor asistencial, especialmente
entre leprosos y otros muchos pacientes de enfermedades infecto contagiosas.
En 1953 le fue
concedido el Premio Nobel de la Paz y viajó por diversos lugares dando
conferencias en contra del armamento nuclear. Falleció en Lambaréné el 4 de septiembre
de 1965 y, en la actualidad, el hospital que fundó y lleva su nombre está
tutelado por el gobierno de Gabón.
Esta es la
historia del personaje representado en este busto que sorprende a los visitantes
de la Casa de Aguilar y el que no conocemos el motivo por el que fue modelado
por D. Ángel Bayod ni cuál era su destino.
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