El 26 de junio de 1652 nació en Ambel fray José Antonio Hebrera y Esmir, en el seno de una familia noble. A edad muy temprana profesó en la orden franciscana, en la que llegó a desempeñas numerosos cargos: Predicador General, Definidor, Comisario Visitador de la provincia de Compostela, Secretario General de la Orden y Superior de la provincia de Aragón. Peo su nombre está unido a su trabajo como cronista, siendo autor de la Crónica de la provincia de Aragón y de otras obras como la Vida del Beato Agno de Gallur. Donó a la iglesia parroquial de Ambel una importante colección de reliquias que vinieron a sumarse a las reunidas por el comendador D. Pedro de Monserrat en el siglo anterior. Falleció en el convento de San Francisco de Zaragoza el 30 de mayo de 1719.
El 26 de junio de 1886
nació en Borja la hermana Juana
Corellano Zaro. Ingresó en la congregación de Hermanas de la Caridad de
Santa Ana el 15 de agosto de 1906, efectuando la profesión perpetua el 15 de
agosto de 1931. En 1908 fue destinado al Hospital Clínico de Barcelona, en el
que transcurrió toda su vida religiosa. Sesenta y tres años de entrega al
servicio de los enfermos, a pesar de las limitaciones físicas derivadas de la
grave enfermedad contraída en 1942, en el desempeño de su deber, que obligó a amputarle
una pierna. Fue coetánea de otras religiosas borjanas que desarrollaron su
actividad apostólica en el mismo hospital como la hermana Petra Zaro Fraguas,
la hermana Miguela Lajusticia Navarro y la hermana María Tejero Chueca.
Falleció el 29 de octubre de 1971, a los 85 años de edad.
El 26 de
junio de 1901 nació en Pamplona el gran filósofo D. Juan David García Bacca.
Su padre, D. Juan Isidro García Barranco, natural de Belmonte (Zaragoza) había
ejercido como maestro en Borja, donde nacieron sus hijas María y Francisca. Al
morir su primera esposa, contrajo nuevo matrimonio con Dª. Martina Baca
Benavides, natural de Zamora, y trasladó su residencia a esa ciudad, pasando
después destinado a Pamplona, donde nació Juan David.
Volvió a nuestra ciudad,
cuando se vio forzado a pedir el retiro por motivos de salud y aquí falleció en
1911. Sus restos reposan en el cementerio de Borja, junto a los de su segunda
mujer, fallecida en 1922.
Los primeros años de García Bacca transcurrieron en esta ciudad, hasta que a los 10 años fue enviado al colegio que los claretianos tenían en Alagón. Tras completar su formación en prestigiosos centros de Lovaina y Friburgo, fue ordenado sacerdote en 1925. Posteriormente, orientó sus inquietudes hacia la Ciencia, cursando estudios en Munich sobre Física Atómica y otras materias de gran actualidad en aquellos momentos, como la Teoría de la Relatividad, el cálculo infinitesimal o la teoría de los números.
A partir de 1933 fue Profesor encargado de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la universidad de Barcelona y, en 1935, obtuvo por oposición la cátedra de Introducción a la Filosofía de la Ciencia en la universidad de Santiago de Compostela, de la que no llegó a tomar posesión pues la guerra le sorprendió en Santander, desde donde decidió marchar París, dando comienzo a un largo exilio. En 1939, se trasladó a Quito, de cuya universidad fue profesor durante tres años y, desde allí, pasó a México como profesor de la Universidad Nacional Autónoma. Continuó su actividad docente en la Universidad Central de Caracas y, en 1952, adquirió la nacionalidad venezolana.
Al retirarse, se
estableció en el valle de Tumbaco, a las afueras de Quito, en compañía de su
esposa Dª. Fanny Palacios, donde falleció el 5 de agosto de 1992.
De su
prestigio internacional y de las numerosas recompensas recibidas hemos dado
noticia en diversas ocasiones, dado que el Centro de Estudios Borjanos ha creado
un seminario dedicado a su figura y ha reunido su amplia producción
bibliográfica y las obras que tratan sobre él, hasta llegar a constituir una de
las mejores colecciones de todo el mundo.
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