jueves, 20 de septiembre de 2018

Allegando fondos para las obras de la Real Casa de Misericordia de Zaragoza


         En el archivo de la familia Zapata de Mallén, hemos encontrado este billete correspondiente al sorteo efectuado el 15 de agosto de 1859, con el fin de allegar fondos para “la terminación de las obras de la Casa de Misericordia” de Zaragoza. Va firmado por el Presidente de la Junta Provincial D. Ignacio Méndez de Vigo y el por el Presidente de la Comisión auxiliar, el marqués de Ayerbe.




         Al dorso del billete se detallan los dos premios establecidos. El primero era un estuche de 12 cubiertos de plata, con cuchillos de mango, también de plata, mientras que el segundo comprendía una mantelería de 12 servilletas, mantel y sobre mantel; seis “toallas”; seis mantas de lana; y una pieza de lienzo de 50 varas.

         Pero, al margen de conocer las características del sorteo y sus sustanciosos premios, las papeletas que se conservan en el citado archivo nos han servido de pretexto para dar a conocer lo que subyacía tras esta rifa.



         Desde el siglo XVII existía en la capital aragonesa un hospicio en el que se recogía a los méndigos y huérfanos que pululaban por sus calles. Fueron los hermanos de congregación de la Santa Escuela de Cristo quienes impulsaron la creación de ese benéfico establecimiento que, posteriormente, quedó bajo la tutela del arzobispado y del ayuntamiento de Zaragoza, siendo regido por una junta, integrada por tres miembros del cabildo, tres regidores y otros tantos nobles de la cofradía de San Jorge. Esa junta recibió el nombre de “Sitiada”.

         Fernando VI le dio el título de “Real Casa de Misericordia”  y Carlos III nombró, en 1764, como Regente de la misma al canónigo D. Ramón de Pignatelli y Moncayo, un personaje clave en la historia del siglo XVIII.



         La labor de Pignatelli fue ingente pues creó talleres para proporcionar trabajo a los acogidos en ella y mandó edificar el Coso de la Misericordia para reunir los fondos precisos para su mantenimiento. Asimismo, fue quien emprendió la construcción de un nuevo edificio, de grandes dimensiones, que a su muerte, acaecida en 1793,  no se encontraba terminado.



         Las obras continuaron lentamente hasta que recibieron nuevo impulso, merced a la labor de D. Ignacio Méndez de Vigo y Valdés Miranda, un personaje que suele pasar inadvertido, el cual ocupaba la Presidencia de la Junta Provincial que, por Real Orden de 1846, había asumido la dirección y administración de la Casa.
         Pertenecía a una ilustre familia y, probablemente, era hijo de D. José Francisco Benito Méndez de Vigo y Vélez de Cosío, y de su segunda esposa Dª. Ramona Valdés-Miranda Quevedo y Álvarez Baragaña. Decimos “probablemente”, porque en las genealogías de la familia consultadas, encontramos a un hijo, llamado Ignacio Méndez de Vigo y Valdés Miranda, bautizado el 31 de julio de 1808 en la iglesia de San Isidoro de Ovieda, con la referencia de que “murió niño”. Comoquiera que no tuvieron otro con el mismo nombre, cabe la posibilidad de que el que nos ocupa muriera sin descendencia, lo que provocara la confusión.

         Sabemos, no obstante, que fue Gobernador de Ávila (1856), de León (1856), de Córdoba (hasta 1858), de Zaragoza (en 1858 y 1863), de Cádiz (1860) y de Granada (1860). Además, entre 1862 y 1863, fue Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, razón por la cual esta corporación conserva el retrato que le pintó Bernardino Montañés en 1860, vistiendo el uniforme de Gobernador Civil, aunque haciendo mención a su condición de “Benefactor del Hospicio”.



         Hemos encontrado en la Gazeta de Madrid, un comunicado de fecha 24 de febrero de 1860, remitido por la Diputación Provincial de Zaragoza a D. Ignacio Méndez de Vigo, en el que expresa su gratitud  por la labor desarrollada al frente de la Junta Provincial, para la continuación de las obras de la Casa de Misericordia, paralizadas “lastimosamente” desde la muerte de Pignatelli, “sin que nadie se haya atrevido a acometer la ardua empresa de continuarla. Termina afirmando que no se recordará el inolvidable nombre del ilustre D. Ramón Pignatelli, sin que al mismo tiempo les venga a la memoria el de su Gobernador D. Ignacio Méndez de Vigo”.




         El magnífico edificio se terminó y prestó servicio hasta 1971. En la actualidad es la sede del Gobierno de Aragón, con el nombre de “Edificio Pignatelli”, mientras que el de Ignacio Méndez de Vigo nadie lo recuerda. Hoy, un modesto billete de una rifa nos ha servido para poner de manifiesto su contribución a esa empresa.

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