La
segunda parte de la Jornada Científica celebrada ayer en nuestro Centro contó
con la presencia de dos ponentes de excepción. Por una parte, D. Ángel García
Larraz, escritor y sobrino de Juan David García Bacca, y de D. Carlos Beorlegui
Rodríguez, Catedrático y Profesor emérito de la Universidad de Deusto.
Fue el
Director del Seminario García Bacca, D. Roberto Aretxaga Burgos, el encargado
de efectuar la presentación de ambos intervinientes, destacando en el primero
de ellos su vinculación familiar con el ilustre filósofo, así como su faceta
literaria y su condición de Director para España de la Fundación García Bacca
de Caracas. Respecto al Prof. D. Carlos Beorlegui Rodríguez, con quien ha
compartido durante muchos años su pasión por García Bacca en la Universidad de
Deusto, resaltó el hecho de ser el más profundo conocedor de su figura y de su
obra, al que ya dedicó su tesis doctoral y, desde entonces, ha publicado
numerosos libros y trabajos en revistas especializadas, abordando los más
diversos aspectos de su producción intelectual.
La
ponencia de D. Ángel García Larraz sorprendió tanto por su contenido como por
la forma de su exposición, pues no en vano es, entre otras cosas, un hombre con
amplio dominio de los recursos escénicos, dada su faceta de actor.
Hizo
alusión, en primer lugar, a la condición de García Bacca como un humanista en
el que, como ensamblaje perfecto, se unían, interés, curiosidad, imaginación,
honestidad y trabajo. Entre las singularidades de su producción resaltó su
dominio del castellano que le permitió alcanzar una gran perfección lingüística
en su obra escrita, fruto de un inmenso trabajo que le permitió publicar una
ingente cantidad de libros, artículos y reseñas bibliográficas. Todo ello,
desde su posición de pensador independiente, teniendo como meta las tareas que
consideraba debían ser objeto de la Filosofía: trabajar en ciencia, técnica y
economía política para, en virtud de ello, transformar el mundo natural.
Habló
de la riqueza de su biblioteca personal, donada por la familia al Gobierno de
Navarra, en la que queda patente su forma de trabajar, con numerosas
anotaciones marginales e, incluso, con la reseña de las fechas en que consultó
cada obra para la elaboración de sus diversos trabajos. Se refirió también a la
evolución de su pensamiento, a su labor como profesor en diversas
universidades, algo de lo que siempre se consideró sumamente orgulloso y a su
defensa del idioma castellano con el que también es posible filosofar. Terminó
su intervención con la lectura de un fragmento de una de sus obras que resumía
a la perfección el concepto que tuvo de la Filosofía a la que consagró su vida.
La
ponencia del Prof. D. Carlos Beorlegui Rodríguez fue una pieza magistral en
torno a la filosofía de García Bacca, en el contexto del exilio republicano, en
la que puso de manifiesto su profundo conocimiento de un pensador al que se
acercó de manera casual al descubrir, cuando todavía era muy joven, una obra
dedicada a su figura en una librería pamplonesa. De esa manera surgió su
interés por un filósofo del que, al igual que otros exiliados, no había tenido
recibido información en el transcurso de su formación universitaria.
En su
intervención situó su obra en el marco de una sucesión de generaciones que, a
partir de la crisis del 98, quisieron retomar la razón de ser de España, desde
la generación de 1910, a la del exilio, pasando por la de 1927, con mención a
los más destacados representantes de cada una de ellas.
García
Bacca fue, inicialmente, el más destacado exponente de lo que, de alguna
manera, podría llamarse la escuela de Barcelona, en contraposición a la de
Madrid que tuvo en Zubiri a su más claro representante, poniendo de manifiesto
las similitudes y las diferencias entre uno y otros. Mientras Zubiri puede ser
considerado un hombre del exilio interior, García Bacca forma parte de esa
ingente cantidad de intelectuales que optaron por el exilio exterior, como consecuencia
del trauma de la guerra civil. Sobre esta tragedia se preguntó qué hubiera sido
de la vida intelectual española a lo largo de buena parte del siglo XX si todos
ellos hubieran permanecido aquí. Pero no fue así y García Bacca, como tantos
otros, ejerció su magisterio al otro lado del Atlántico y allí desarrolló su
ingente labor intelectual en la que una de sus características fundamentales
fue la constante evolución de su pensamiento que hace imposible adscribirlo a
una corriente determinada.
El
olvido que durante muchos años se cernió sobre su obra, incidió de manera
notable en el hecho de que, cuando fue posible conocerla en toda su dimensión,
la Filosofía española tenía ya otros
puntos de referencia, por lo que, en gran medida, García Bacca sigue siendo un
gran desconocido. De ahí el interés de iniciativas como las de nuestro Centro,
merced a las cuales se puede conservar, al menos, su ingente producción
intelectual.
El
acto finalizó con la presentación de la obra que Ángel García Larraz ha escrito
sobre su tío con el título Juan David García Bacca. Filósofo, humanista y
liberador, a la que dedicaremos un comentario especial.
Posteriormente,
el Centro de Estudios Borjanos ofreció una cena a todos los ponentes, como
colofón a esta intensa jornada dedicada a reivindicar la figura de un destacado
personaje que, sin ser borjano, tiene una especial vinculación familiar con
nuestra ciudad.
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