lunes, 3 de septiembre de 2018

Magallón y el Athletic de Bilbao



         Probablemente en Magallón haya seguidores de ese histórico club que, sobre todo en el pasado, contaba con muchos en nuestra comarca. Pero lo que hoy queremos resaltar es la vinculación existente a través de San Mamés, el Santo que da nombre a su estadio, también conocido como “la catedral del Fútbol”, cuya imagen se venera en la iglesia parroquial de San Lorenzo de Magallón.




         Efectivamente, en la parte inferior del retablo de San Sebastián, situado a la izquierda de la entrada del templo, se encuentra la imagen de un niño, tumbado en el interior de una urna que, entre sus vestiduras, muestra su vientre abierto por el que emerge el paquete intestinal, representado de una manera un tanto tosca, en alusión a su martirio.



         San Mamés había nacido a mediados del siglo IV en circunstancias especiales, dado que era hijo de Teodoto y Rufina, dos cristianos encarcelados por su Fe en Cesarea de Capadocia. El padre murió en la cárcel, al igual que la madre, tras haber alumbrado en un parto prematuro a un niño, que fue adoptado por una rica viuda cristiana, llamada Amea. La vida de Mamés, como la de otros santos mártires de la antigüedad está rodeada de leyendas pero, al parecer, cuando tenía 15 años fue detenido y sometido a torturas, pudiendo huir a un bosque por mediación de unos ángeles, donde pastoreó a las fieras. Condenado finalmente a morir en el circo, logró amansar a los leones que le arrojaron para devorarle, por lo que acabaron con su vida clavándole un tridente de gladiador en el abdomen.




         Con las vísceras fuera se le representa en Magallón, aunque con más frecuencia aparece junto a un león, o con el cayado de pastor, como ocurre con la imagen situada sobre la puerta de acceso a la gran ermita que tiene dedicada en Murero (Zaragoza), localidad que le tributa culto con una gran romería anual.

         La devoción al Santo, a partir  del santuario erigido sobre su tumba, se extendió rápidamente por todo el mundo y en España son muchas las poblaciones que lo tienen por patrón.




         En Europa, el templo más importante relacionado con su culto es la catedral de San Mamés de Langres (Francia), en la que se conserva la cabeza del Santo que, desde Cesarea de Capadocia había sido trasladada a Constantinopla, donde se apoderaron de ella los cruzados, terminando en Langres en 1204.




         En la localidad de Morfú, al noroeste de la isla de Chipre, existe este templo dedicado al Santo en el que se conserva un sarcófago con sus restos, parte de los cuales están distribuidos por otros lugares de la Cristiandad.



         En la iglesia de la Magdalena de Zaragoza se conserva también un cráneo de San Mamés, el cual fue entregado en 1695 por el Papa Inocencio XII al inquisidor D. Juan de Texada, como lo acredita la correspondiente bula. Comoquiera que no pueden existir dos cabezas de un mismo Santo y la original nunca ha salido de la catedral de Langres, la confusión radica en el hecho de que el cráneo de Zaragoza procede de las catacumbas romanas y perteneció a una persona enterrada en ellas, con ese mismo nombre de Mamés. Esto es algo frecuente, dado que cuando fueron descubiertas las catacumbas romanas, se extrajeron de ellas numerosas reliquias, tomando como referencia el nombre que aparecía en las tumbas, atribuyéndolas a mártires homónimos que nunca fueron sepultados en ellas. Es lo que ocurre con muchas de las reliquias veneradas en localidades de nuestra comarca, como Borja o Ainzón, por citar algunos ejemplos.




         Algo parecido es lo que sucede con la reliquia de San Mamés que se conserva en el Palacio de Ibagaine, sede oficial del Athletic Club de Bilbao que en algunos afirmaban que procedía de la cabeza de Zaragoza.



         Sin embargo, en el documento que reproducimos se afirma de forma clara que fue el obispo de Bilbao D. Pablo Gúrpide Beope quien en 1959 la solicitó a Roma, donde nunca ha estado el cuerpo auténtico.





         La que sí procede de Zaragoza es la reliquia existente en la Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao, situada en el antiguo convento de San Mamés, un pequeño fragmento del cráneo conservado en la iglesia de la Magdalena, que fue extraído en 1946 para su traslado a esa institución benéfica que lleva el nombre del mártir en su frontispicio.
         Para finalizar hay que recordar que el Santo es considerado patrón de los lactantes y de las personas que sufren rotura de huesos, pero también de los herniados, en el primer caso por las circunstancias de su nacimiento y en relación con su nombre, mientras que, en el último, por la eventración que le ocasionó la muerte.

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