El
recorrido hacia el castillo, introducido en la recreación el pasado año, ha
resultado ser uno de los actos más espectaculares y el que, posiblemente,
congrega a mayor número de personas.
Partiendo
desde la plaza de España asciende por la plaza del Mercado y calle de San
Bartolomé, deteniéndose en el espacio, aún innominado, existente en ella.
Allí
tuvo lugar una pequeña representación cuyo único inconveniente es que, a causa
de las limitaciones del lugar, sólo pudo ser presenciada por el reducido número
de personas que se agolpaban en la calle y en las barandillas de la parte
superior. Además fue el único momento en el que la lluvia hizo tímidamente su
aparición, aunque luego todo continuó con normalidad.
Uno de
los momentos de mayor plasticidad es cuando la comitiva cruza el arco que,
desde la calle de San Bartolomé da acceso a las de Bona y Rueda, un lugar de
gran belleza que alcanzará todo su esplendor cuando se acometa su
rehabilitación, algo que merece la pena, al igual que en el caso de la cuesta
de la Planilla.
La
participación de caballos en el cortejo le dota de una indudable
espectacularidad, lo que aún puede ser potenciado más.
Los participantes con antorchas, desfilando
entre las estrechas calles del casco antiguo o recortándose en el cielo nos
proporcionaron bonitas imágenes de las que podríamos ofrecer otras muchas
muestras.
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