Continuando
con el artículo anterior en el que comentamos los personajes cuyas caricaturas
aparecían en la página de Heraldo de
Aragón, publicada el 22 de septiembre de 1926, con ocasión de la Feria de
Borja, realizadas por Francisco Ugalde Pardo, hoy hacemos referencia a varios
profesionales que merecieron ser “inmortalizados” entre la “Gente conocida” de
nuestra ciudad.
Una de
ellas era el notario D. Luciano Antonio
Edo y Miguel, nacido en 1864 que, tras cursar la carrera de Derecho,
ingresó en el Cuerpo de Notarios, siendo destinado en 1907 como archivero de
protocolos de Albarracín. Allí conoció al benemérito sacerdote D. Bernardo
Zapater, que le inculcó la afición por la Entomología y la Mineralogía, del que
se consideraba discípulo. De Albarracín pasó como notario a Boltaña y, en 1919,
fue destinado a Borja, donde nació su hijo D. Antonio Edo Quintana, del que nos
ocupamos en nuestro Diccionario
Biográfico.
En
1931 obtuvo la plaza de notario en Tarazona, ciudad en la que se jubiló el 7 de
noviembre de 1950, al cumplir la edad reglamentaria de 75 años.
Se le
define como “Notario, persona de afable trato y vasta cultura”, pues destacaba
en varios campos. Fueron frecuentes sus comunicaciones a la Sociedad Española
de Ciencias Naturales, así como su afición a las “antigüedades” y fue autor de
diversos trabajos sobre materias de Derecho, como el artículo “Notas para el
estudio de nuestro Derecho Aragonés” publicado en la Revista Jurídica Aragonesa, en 1928, durante su estancia en nuestra
ciudad.
D. Julián Muro Sevilla había sido
nombrado Registrador de la Propiedad de Borja el 16 de febrero de 1926. Nacido
en Sariñena en 1885, cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Zaragoza.
En 1910, se dio de alta en el Colegio de Abogados de Huesca, ejerciendo la
profesión en diferentes localidades de la provincia. En 1915 se presentó a las
oposiciones al Cuerpo de Registradores y el 22 de noviembre de 1915 fue
nombrado registrador interino de Jijona. Sirvió después en los registros de
Murias de Paredes (1917); Torrecilla de Cameros (1917); Albarracín (1917);
Requena (1924). Desde último llegó a Borja, sustituyendo a D. Ángel Sebastián
Arnáez Navarro. En 1942 obtuvo el registro de Cieza, pasando desde allí al de
Manresa (1944); Castellón de la Plana y Alicante (1950). Desempeñando este
último cargo falleció en Valencia en 1953, de lo que dio cuenta el Boletín
Oficial del Estado el 22 de abril de ese año.
Entre
otros profesionales que ejercían en la ciudad, aparece D. Benito Sancho de Agustín, uno de los dos farmacéuticos que
ejercieron la profesión en Borja durante muchos años, siendo además Inspector
Municipal de Farmacia. Había nacido en Valgañón, una localidad de la Rioja Alta
a la que siempre se mantuvo vinculado. En la revista “Viña de Valgañón” que
allí se edita, se recordaba no hace mucho su participación en la fiesta de San
Antonio en 1942, llevando las andas de la imagen del Santo. Tenía su farmacia
en la plaza del Mercado, donde ahora se encuentra la Farmacia Nogués y en la
caricatura se señala también su condición de Presidente de la S. D. Borja que
se había fundado recientemente.
El
otro farmacéutico era D. Rafael
Escanilla Salesa, aunque nos ha sorprendido la referencia a su condición de
“Procurador”. El pasado año nos ocupamos de su figura con motivo de la
instalación en el Cementerio Municipal de Borja de una lápida en la que se
recordaba a los fusilados en nuestra ciudad, entre los que aparecía su nombre,
advirtiendo del error cometido, pues no murió por esa causa.
Es
cierto que era de ideología afín al Frente Popular y que fue acusado de haber
tomado parte, junto con D. Baltasar González, de haber intentado organizar la
resistencia en Borja, tras la proclamación del Estado de Guerra, lo cual se
basa exclusivamente en el informe emitido por la Guardia Civil. Sintiéndose
perseguido, en agosto de 1936 desapareció. Inicialmente estuvo oculto en su
domicilio y, posteriormente, marchó a Calcena donde se alojó en la casa de la
familia Pérez Modrego. No fue detenido, pero se le instruyó expediente, como al
resto de las personas consideradas izquierdistas, como consecuencia del cual le
fue impuesta una sanción de 5.000. Su esposa Dª. Bernarda Santalo interpuso el
pertinente recurso, aduciendo que entre los bienes que pretendían incautarle
los había gananciales y otros procedentes de su dote. Alegó además la actuación
del resto de la familia “siempre en pro de las esencias básicas del actual
Movimiento Nacional”. Porque, efectivamente, uno de sus hijos figuraba entre
los fundadores de la Falange borjana, marchando al frente en los primeros
momentos de la guerra, donde fue herido gravemente, siendo declarado inútil
para el servicio por el correspondiente Tribunal Médico. Otro de ellos, D.
Rafael Escanilla Santalo, nacido en Borja el 11 de octubre de 1913, murió
combatiendo el 5 de junio de 1937 en el frente de Huesca, siendo Sargento del
Regimiento de Zapadores nº 3 y cuando ya había sido propuesto para ascender a
Alférez por méritos de guerra. Como consecuencia del recurso, la sanción fue
reducida a 1.500 pesetas. Al finalizar la guerra fue detenido y, tras una breve
estancia en las prisiones de Zaragoza y Ateca, falleció en Borja como
consecuencia de un proceso infecto-contagioso que, según la familia, contrajo
durante el tiempo de su detención.
Otro
profesional al que se le caricaturiza, portando sombrero canotier es D. José Rodrigo Colás, nacido en Borja
el 29 de marzo de 1877. Tras cursar la carrera de Derecho en Zaragoza, regresó
a nuestra ciudad de la que nunca quiso salir. Aquí se introdujo en el ejercicio
de la abogacía, en el despacho de D. José María Fraguas Foncillas, especializándose
en legislación foral. Fue un hombre extremadamente sencillo que consagró su
vida al servicio de Borja como abogado asesor del M. I. Ayuntamiento (lo que se
señala en la caricatura). Atendió también las demandas de sus paisanos, sin
preocuparse por sus honorarios, siendo muy respetado en los ambientes
profesionales, en los que rechazó cualquier tipo de promoción. Tras su
fallecimiento, la corporación municipal que presidía D. Vicente Compans Manero,
dio su nombre en agosto de 1963 a la nueva calle que acaba de abrirse paralela
a las tapias del convento de la Concepción, enlazando la avenida de Cervantes
con la actual plaza de los Fueros de Aragón.
Entre
los personajes que se incluyen figura D.
Antonio López Franco, un destacado Ingeniero de Caminos (al pie de la foto
se indica erróneamente que era Ingeniero Industrial), oriundo de Borja, al que
el Sindicato de Riegos encargó la redacción del proyecto de un embalse en
Morana, con el que se pretendía solucionar el problema endémico de la falta de
agua de riego. Lo presentó en mayo de 1926 y despertó un gran entusiasmo, hasta
el punto de que el 29 de octubre de 1926 le fue concedido el título de “Hijo
Adoptivo de la ciudad”. El proyectado embalse no llegó a materializarse por las
objeciones que, entonces y después, puso la Confederación Hidrográfica del
Ebro. Pero Antonio López Franco fue el autor del puente sobre el Huecha, a la
altura de Maleján, una de las primeras obras realizadas en España con hormigón, técnica de la que era
especialista y fue, precisamente, con motivo de su inauguración cuando se le
hizo entrega del título de Hijo Adoptivo. Autor de numerosas publicaciones que
hemos recopilado en nuestro Centro, falleció el 15 de diciembre de 1968.
D. Miguel Garriga Fernández, Aznar y Estage
fue el V conde de Torreflorida, título creado en 1817 por Fernando VII en la
pesona de D. Juan Estage Vázquez del Castillo. Había sucedido en el título a su
tío D. Manuel Ferrández Íñigo que murió en 1923 sin descendencia. Tampoco tuvo
él hijos, por lo que el 31 de enero de 1964, fue extendida Carta de Sucesión en
el mismo en favor D. Miguel Garriga Ortiz que, al morir sin descendencia, pasó
a convertirse en VII conde de Torreflorida D. Luis María Garriga Ortiz,
mediante rehabilitación concedida por Real Orden de 17 de abril de 1998.
Finalizamos
hoy estas breves reseñas de los personajes que merecieron la atención de
Francisco Ugalde con D. Daniel Otegui
Chueca, que ejercía como Procurador ante los juzgados de Borja. Era hijo de
D. Gaspar Otegui, natural de Tolosa, y de Dª. Leonor Chueca que había nacido en
Borja. Tuvo varios hermanos, entre ellos D. José María Otegui, fundador de la
Adoración Nocturna en nuestra ciudad y al que la Guerra Civil le sorprendió en
Madrid, siendo detenido y torturado en la checa de la calle duque de Sesto,
hasta ser fusilado el 7 de noviembre de 1937. Daniel debió morir el año 1955
pues en noviembre de ese año el Juez D. Nicolás Puertas, mediante edicto, daba
cuenta del expediente tramitado en el Juzgado de Primera Instancia de Borja
para la devolución de la fianza constituida “por el que fue Procurador de los
Tribunales”. Comoquiera que la solicitante era su hermana Dª. Guadalupe Otegui,
ello nos induce a pensar que no tuvo descendientes.
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