Un
bonito complemento en el recorrido del cortejo que, al anochecer del viernes,
ascendió al castillo estuvo constituido por las luminarias que alumbraban las
calles por las que discurrió y algunas aledañas, creando un ambiente especial.
Nuestro
Centro, como el año anterior, colaboró instalando candelas blancas y rojas en
torno a la Casa de Aguilar y los callejones aledaños. No fue tarea sencilla,
pues al esfuerzo de preparar las 200 que se colocaron hubo que añadir la lucha
contra el viento reinante que las apagaba una y otra vez.
El
Ayuntamiento, a su vez, había dispuesto antorchas en diferentes puntos, algunos
de ellos junto a las candelas del Centro que un colaborador esforzado se ocupó
de mantener encendidas.
Puso
también pequeñas velas eléctricas jalonando todo el recorrido. En conjunto el
aspecto del mismo era sumamente llamativo, sobre todo porque este año se ha
incrementado el número de las mismas, cosa que también ocurrirá en ediciones
posteriores.
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