Entre
sus monumentos destaca la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora
que, por Orden de 4 de julio de 2002, fue declarada “Bien Catalogado del
Patrimonio Cultural Aragonés”, formando parte del conjunto que se denominó “Aragón
Mudéjar”.
Su
ábside y el primer tramo de la nave es una obra de excelente factura mudéjar y
de tipología prácticamente idéntica a la iglesia parroquial de San Miguel de
Ambel, a cuya encomienda hospitalaria pertenecía Alberite. Como destacaba el
Prof. Borrás hay que datarla en un período no precisado de mediados del siglo
XIV. Pero por razones que no se conocen la obra quedó interrumpida y al
reanudarse las obras se modificó completamente su fábrica que pasó a utilizar
mampostería encintada. En nuestra opinión la causa pudo ser la guerra de los
dos Pedros que, o bien paralizó los trabajos, lo que es más probable, o provocó
graves daños que obligaron a su reconstrucción.
A los
pies de la nave se alza la actual torre campanario que suele ser datada en el
siglo XIX. Sin embargo, la aparición durante los trabajos de restauración de
vigas decoradas modifica completamente esta opinión. Las vigas fueron arrojadas
a una escombrera de donde pudo ser recuperada la que aparece en esta imagen.
Ello nos hace pensar que pudo formar parte del complejo del castillo al que
luego nos referiremos.
Este
era el estado que presentaba la iglesia, antes de que el Gobierno de Aragón
acometiera su restauración, en 1992, según proyecto del arquitecto D. Julio
Clúa Martínez que dio lugar a la completa recuperación del monumento, tanto
exterior como interiormente.
Al
urbanizar la plaza, derribando unos edificios y muros que allí existían
aparecieron los restos de un torreón islámico que pudo ser el origen del
castillo que aparece documentado desde época medieval y que pudo incluir la
actual torre de la iglesia.
Pudieron
recuperarse varias hiladas de sillares almohadillados que el Prof. Borrás dató
en la segunda mitad del siglo XI. A pesar de su importancia, los restos del
torreón no fueron incluidos entre los castillos declarados específicamente “Bien
de Interés Cultural” por Orden de 17 de abril de 2006 del Gobierno de Aragón,
aunque están protegidos genéricamente por las vigentes leyes de Patrimonio
Cultural.
Otro
elemento de interés, aunque no goce de protección específica es el arco de
acceso al municipio, a pesar de lo cual fue el primer bien en ser restaurado
por la Diputación Provincial de Zaragoza, siendo Presidente D. Gaspar
Castellanos.
Este
es su estado actual por ambas caras. En la exterior se colocaron unas placas
con el escudo de la corporación provincial y la fecha de rehabilitación: 1980.
Como ejemplo de arquitectura popular hay que mencionar la nevera existente en la partida
de El Quez que se encontraba abandonada, colmatado su interior con vertidos y
con la parte exterior en ruinas.
En
2015, el Ayuntamiento procedió a su completa restauración, limpiando el
interior de la nevera, que se conserva en perfecto estado, y rehaciendo el
espacio de acceso, dotándole al mismo tiempo de un lucernario en la parte
superior.
Dentro
del término municipal se encuentra también el pilar de San Gregorio, el único
conservado en Alberite para el que se ha optado, recientemente, por una solución
singular: levantar una réplica del mismo junto al original, cuando lo más razonable
hubiera sido restaurar éste.
En
atención a Pedro Domínguez Barrios que fue quien llamó la atención sobre ellas,
señalamos también la existencia de dos almenaras o casillas de riego, otros
ejemplos de arquitectura popular que hay que conservar y cuyo estado de
abandono las colocan en situación de riesgo.
Resumiendo,
en el caso de Alberite de San Juan, el monumento más importante goza de
declaración y está completamente restaurado. Los restos del torreón islámico
merecerían una protección específica. Es relevante la labor realizada en otros
bienes representativos de la arquitectura popular, como el arco y la nevera.
Sería conveniente consolidar el pilar de San Gregorio (original) y preservar
las almenaras a las que hemos hecho referencia.
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