El año pasado, con ocasión de la reunión anual de Hispania
Nostra celebrada en Asturias, tuvimos la oportunidad de visitar Valdediós,
cerca de Villaviciosa, donde se encuentra la preciosa iglesia de San Salvador
de Valdediós, cuya construcción se atribuye al rey Alfonso III y de la que se
conserva la lápida de su dedicación con la participación de un obispo
zaragozano, como entonces destacamos.
Junto a ese pequeño templo se alza el monasterio de Santa
María de Valdediós, fundado en 1200, que albergó una comunidad cisterciense
hasta la Desamortización.
Adquirido años después por la archidiócesis de Oviedo, para
acoger su Seminario Menor y, posteriormente, el Seminario Diocesano hasta 1951.
En 1986 se inició el proceso de restauración con el
propósito de que volviera a ser un monasterio cisterciense. No se pudo lograr
peo, en 2009, llegaron tres monjes de la Comunidad San Juan, cuya permanencia
en el lugar fue efímera, ya que en 2012 retornaron a sus monasterios de origen.
En 2016, el arzobispo D. Jesús Sanz Montes consiguió que lo
ocupara una comunidad de Hermanas Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús,
un Instituto Religiosos de Vida Contemplativa de nueva creación, a partir de
religiosas carmelitas descalzas, procedentes del monasterio del Corazón de
Jesús y San José de Valladolid.
Eran las que estaban cuando visitamos el lugar, lo que nos
causó cierta alegría dado que la conservación de un conjunto monumental de esa
importancia requiere de la presencia permanente de alguna orden.
Pero, ahora, nos llega la noticia de que las carmelitas
samaritanas también se marchan. Son muchos los conventos y monasterios
religiosos que se están cerrando en toda España por la falta de vocaciones. No
era éste el caso que nos ocupa, sino que parece obedecer a la dificultad que
entraña hacerse cargo de un edificio de grandes dimensiones. Alguna solución
habrá que arbitrar para su mantenimiento con el fin de evitar que vuelva a sumirse
en un estado de abandono.
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