Acabamos de conseguir dos obras de D. Ramón Manuel Garriga
Nogués, el que fuera ilustre catedrático de Griego de la Universidad de Barcelona
y rector de la misma. Una de ellas, lleva por título La vida en la Rambla, publicada en 1894. Aunque es calificada por
el autor como “monografía”, se trata de un folleto de 15 páginas con
reflexiones moralizantes, al hilo de unas supuestas conversaciones captadas en
la popular calle barcelonesa.
Habitual visitante del Santuario de Misericordia de Borja, a
su fallecimiento el 22 de febrero de 1906, fue enterrado frente al presbiterio
de su iglesia, siendo posiblemente el último en recibir un honor que ahora no
sería posible. Sobre el Santuario había escrito una interesante historia. Fue
un hombre de gran rectitud y profundamente religioso, como puso de manifiesto
en algunas obras que, junto con las propias de especialidad, publicó. Es
interesante señalar que no contrajo matrimonio, viviendo con su madre, hasta
que ésta murió, dándose la circunstancia de que ese día no quiso faltar a
clase, aunque cuando la estaba impartiendo, el rector se personó en el aula y
le obligó a retornar a su domicilio.
La otra obra que hemos conseguido es una Gramática Griega, publicada en 1885.
Editó varias, pero ésta no la teníamos. Está dedicada a las materias de
Fonología y Morfología que impartía en primer curso.
Una gramática griega puede ser considerada una obra intrascendente
más allá del interés propio de la disciplina que aborda. Pero, detrás de cada
ejemplar puede haber una historia fascinante a la que un análisis detallado permite
aproximarse.
Este ha sido el caso de la obra que nos ocupa que, como se
hace constar en el ángulo superior izquierdo fue remitida al “Sr. Luanco”.
Se trataba de D. José Ramón de Luanco y Riego, catedrático
de Química General de la Universidad de Barcelona. Fue también rector,
precediendo en el cargo a D. Ramón Manuel Garriga. Lógicamente el regalo de la
gramática griega no despertó su entusiasmo ya que no llegó a abrir sus páginas
que permanecen intonsas.
Pero lo que realmente nos ha impresionado ha sido la
dedicatoria, escrita a mano por D. Ramón Manuel que dice textualmente: “A su
amigo Pílades. Orestes”. La elección de estos nombres de personajes griegos,
por parte del autor, no deja de ser significativa.
Porque representan un ideal de amor, en el
mundo griego, representado en este hermoso grupo de la escuela de Praxíteles que
se conserva en el Museo del Prado.
Ambos héroes fueron encargados por Apolo de traer la estatua
de Artemisa de regreso a Atenas, pero fueron capturados en Táuride y ofrecidos
en sacrificio a la diosa. Pero, como se relata en la obra Ifigenia, la sacerdotisa
les ofrece la posibilidad de librar de la muerte a uno de ellos. Llevados por
su amor, ambos porfiaron por ser los elegidos para el sacrificio con tal de librar
al otro. Al final, se descubrirá que la sacerdotisa Ifigenia es la hermana de Orestes
y todos pueden escapar llevando consigo a la estatua de la diosa, objetivo de
su expedición.
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