Acabamos de conseguir un ejemplar de la obra de D. Federico
Bordejé Garcés titulada Cartas a unos
muchachos españoles. La marcha de España, con la que obtuvo el premio “Manuel
Llorente” en 1934.
Decimos que se trata de una rareza, dadas las especiales
circunstancias que rodearon esta edición, publicada en 1936, poco antes del
inicio de la Guerra Civil. En julio de ese año D. Federico se encontraba
disfrutando de sus vacaciones de verano en el Santuario de Misericordia y pudo
salvarse, pero su casa fue saqueada con todas sus pertenencias, entre ellas la
práctica totalidad de los ejemplares de su obra que no se habían comenzado a
distribuir.
Cuando en 1939, publicó al segunda edición, en la
introducción hizo referencia a que sólo se habían salvado unos pocos ejemplares
que había regalado a determinados conocidos y otros que llevó consigo.
Hace unos años, recorriendo la Feria del Libro Antiguo de
Madrid, encontramos de manera fortuita uno de los libros de la primera edición
(a un precio muy barato) y hoy forma parte de los fondos de nuestra biblioteca,
junto con otro ejemplar de la segunda edición.
La sorpresa ha sido el encontrar ahora otro ejemplar de la edición
perdida que, además, está dedicado por. D. Federico, y que nos hemos apresurado
a adquirir.
La dedicatoria es muy curiosa. Va dirigida a “mi primo
Ciriaco” y lleva fecha de 5 de mayo de 1939, por lo que tiene que corresponder
a uno de los escasos libros que retuvo en su poder. Pero, nos planteaba el
interrogantes de saber quién era ese primo Ciriaco.
El hecho de que, en la primera página aparezca la firma “Molinero”
sobre un sello de la “Pensión Molinero” de Madrid, nos ha permitido intuir que
se trataba de D. Ciriaco Molinero Bordejé que, en 1944, figuraba como miembro
de la Casa de Aragón en la capital de España.
La pensión, sita en la plaza de Herradores, aún está a nombre
de Servanda Molinero Bordejé. Lo que no sabemos es por dónde venía la relación
familiar con D. Federico, dado que el apellido “Bordejé” procedía de la madre
y, aunque conocíamos la existencia de un hermano llamado Tomás, del que
proceden los Bordejé de Ainzón, no teníamos constancia de que hubiera tenido
una hermana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario