Este era el precioso aspecto que presentaban las torres de
Santa María, en el atardecer del pasado sábado, desde la terraza superior del
Museo de la Colegiata, abierto con ocasión de esa interesante iniciativa que
son las “Noches de Verano”.
En ellas, además de poder recorrer con tranquilidad las
salas de uno de los tres museos de Borja que ya comienzan a ser tomados en
consideración como importante recurso turístico, se puede disfrutar de una copa
de Borsao o un refresco, servidos por los miembros de ese “Equipo T” que tan
formidable labor vienen desarrollando.
No es de extrañar, por lo tanto, que sean muchas las
personas que se den cita en las noches de los días señalados, a pesar de las
limitaciones que impone la actual pandemia.
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