En repetidas ocasiones hemos informado sobre el incívico
comportamiento de algunas personas de la zona comprendido entre la plaza del
Olmo y la plaza de Aguilar, pero en la noche del pasado martes algunos vecinos
nos pidieron que fuéramos a ver lo que habían depositado junto a los
contenedores.
Pero, con ser llamativo el hecho, lo que les preocupaba era
que se hubiera producido también algún robo en el interior de una vivienda que,
por cierto, tras su denuncia fue rápidamente resuelto por la Policía Local.
Además, ayer apareció una pintada en una ventana de la plaza de Aguilar. No es
demasiado llamativa pero lo absurdo es que todavía haya personas que recurran a
estas actuaciones sobre propiedades privadas.
El abandono de latas y envases de bebidas se ha convertido
en algo habitual, así como la utilización del callejón que enlaza la plaza de
Aguilar con la calle de San Bartolomé como mingitorio. Si a ello añadimos que
son frecuentes las deposiciones de determinados perros de gran tamaño, sin que
las recojan sus propietarios, los malos olores son una consecuencia lógica, con
el riesgo sanitario que entrañan estas prácticas.
No queríamos insistir sobre el tema dado que no hemos
conseguido nada, pero ante la petición que nos han formulado, volvemos a
hacerlo, señalando a quienes nos leen desde otros lugares que se trata de un
problema puntual de una zona concreta de nuestra ciudad que no afecta al resto
del casco urbano.
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